LOCURA FUNDAMENTALISTA: SEGUIDORES DEL CURA FRANCES MARCEL LEFEVRE
08.06.2007 Clarin.com Sociedad
SEGUIDORES DEL CURA FRANCES MARCEL LEFEVRE
Córdoba: ultra católicos destrozan una muestra de obras plásticas
Rompieron obras "blasfemas" y parte de las instalaciones del Centro España-Córdoba.
Marta Platía
Medieval. Digno de la Inquisición. Esos fueron los calificativos en los que confluyeron la mayoría de las opiniones en esta ciudad, luego de que un grupo de fanáticos lefevristas irrumpió violentamente en la inauguración de la muestra de Alfonso Barbieri, un joven artista plástico que, además, es músico del grupo Los Cocineros.
Los fundamentalistas religiosos destrozaron no sólo las doce obras que se exhibían, a las que acusaron de "blasfemas", sino también parte de las instalaciones del centro cultural España-Córdoba que dirige el poeta y escritor Daniel Salzano.
La agresión comenzó con amenazas desde la calle: "Que saquen los dibujos blasfemos y los dejaremos en paz", gritaban. Fue entonces cuando el propio Salzano invitó a Julián Espina, el líder de una treintena de fanáticos que coparon la puerta de entrada sin dejar salir o entrar a nadie, a recorrer la muestra.
Espina es un cura que se presenta como "esclavo de la Virgen María", y discípulo del disidente Marcel Lefevre: el obispo francés que rechazó el Concilio Vaticano II y desconoció, después de Pío XII, la autoridad de todos los papas. Pero la gentileza de Salzano no pudo contra la ira de los fanáticos: Espina se enfureció ante dos cuadros de temática religiosa en la que Alfonso Barbieri pintó a la Virgen María con angelitos orinando a su alrededor; y un pesebre con un televisor, entre otras imágenes de los doce cuadros colgados.
Como la tensión fue in crescendo, Barbieri hasta permitió que descolgaran algunos de los cuadros para poder seguir presentando el libro que en su interior lleva impresas sus obras; pero ya era tarde: un hombre corpulento irrumpió al grito de "al que me toque lo asesino", y el resto fue destrucción. No sólo de la totalidad de los cuadros; sino también de las puertas, ventanas, vidrios y cuanto encontraron a su paso.
Cuando la Policía llegó, el paisaje de destrozos era desolador. El público que había ido a disfrutar de la muestra de un joven artista estaba en shock. El miedo, la bronca y la impotencia se respiraban en el aire. "Es que todo esto escapa a cualquier pensamiento racional. Ellos venían a ejercer violencia porque parece que ése su método de comunicación", le dijo Daniel Salzano a Clarín. Y continuó: "Intentamos un diálogo. Pero es imposible con gente que sólo se mueve a empellones, prepotencia y gritos. Personas que no escuchan y están en estado de enajenación".
Por su parte, el sacerdote tercermundista Guillermo Mariani, quien saltó a la fama nacional por su polémico libro Sin tapujos, la vida de un cura, los definió como "un grupo de energúmenos que no pueden tolerar ideas distintas de las suyas. Gente que, como ha demostrado, tiene un comportamiento por lo menos retrógrado y medieval", opinó. Luego del tumulto, la Policía detuvo a seis personas, pero todos ellos fueron liberados en la mañana de ayer.
De todos modos, tanto Julián Espina como el Centro Cultural España-Córdoba, adelantaron que iniciarán acciones legales. Ayer, aún se podían ver las manchas de sangre con la que los fanáticos dejaron su sello de sacrificio en las paredes de la casona colonial que es parte del patrimonio cordobés.
http://www.clarin.com/diario/2007/06/08/sociedad/s-04601.htm
Medieval. Digno de la Inquisición. Esos fueron los calificativos en los que confluyeron la mayoría de las opiniones en esta ciudad, luego de que un grupo de fanáticos lefevristas irrumpió violentamente en la inauguración de la muestra de Alfonso Barbieri, un joven artista plástico que, además, es músico del grupo Los Cocineros.
Los fundamentalistas religiosos destrozaron no sólo las doce obras que se exhibían, a las que acusaron de "blasfemas", sino también parte de las instalaciones del centro cultural España-Córdoba que dirige el poeta y escritor Daniel Salzano.
La agresión comenzó con amenazas desde la calle: "Que saquen los dibujos blasfemos y los dejaremos en paz", gritaban. Fue entonces cuando el propio Salzano invitó a Julián Espina, el líder de una treintena de fanáticos que coparon la puerta de entrada sin dejar salir o entrar a nadie, a recorrer la muestra.
Espina es un cura que se presenta como "esclavo de la Virgen María", y discípulo del disidente Marcel Lefevre: el obispo francés que rechazó el Concilio Vaticano II y desconoció, después de Pío XII, la autoridad de todos los papas. Pero la gentileza de Salzano no pudo contra la ira de los fanáticos: Espina se enfureció ante dos cuadros de temática religiosa en la que Alfonso Barbieri pintó a la Virgen María con angelitos orinando a su alrededor; y un pesebre con un televisor, entre otras imágenes de los doce cuadros colgados.
Como la tensión fue in crescendo, Barbieri hasta permitió que descolgaran algunos de los cuadros para poder seguir presentando el libro que en su interior lleva impresas sus obras; pero ya era tarde: un hombre corpulento irrumpió al grito de "al que me toque lo asesino", y el resto fue destrucción. No sólo de la totalidad de los cuadros; sino también de las puertas, ventanas, vidrios y cuanto encontraron a su paso.
Cuando la Policía llegó, el paisaje de destrozos era desolador. El público que había ido a disfrutar de la muestra de un joven artista estaba en shock. El miedo, la bronca y la impotencia se respiraban en el aire. "Es que todo esto escapa a cualquier pensamiento racional. Ellos venían a ejercer violencia porque parece que ése su método de comunicación", le dijo Daniel Salzano a Clarín. Y continuó: "Intentamos un diálogo. Pero es imposible con gente que sólo se mueve a empellones, prepotencia y gritos. Personas que no escuchan y están en estado de enajenación".
Por su parte, el sacerdote tercermundista Guillermo Mariani, quien saltó a la fama nacional por su polémico libro Sin tapujos, la vida de un cura, los definió como "un grupo de energúmenos que no pueden tolerar ideas distintas de las suyas. Gente que, como ha demostrado, tiene un comportamiento por lo menos retrógrado y medieval", opinó. Luego del tumulto, la Policía detuvo a seis personas, pero todos ellos fueron liberados en la mañana de ayer.
De todos modos, tanto Julián Espina como el Centro Cultural España-Córdoba, adelantaron que iniciarán acciones legales. Ayer, aún se podían ver las manchas de sangre con la que los fanáticos dejaron su sello de sacrificio en las paredes de la casona colonial que es parte del patrimonio cordobés.
http://www.clarin.com/diario/2007/06/08/sociedad/s-04601.htm
1 comentario:
Esos cretinos se merecen un Juez :)
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