2006-09-24

CRÍA CUERVOS Y TE SACARÁN LOS OJOS

CUANDO LOS CONSERVADORES SE DISFRAZAN DE IGLESIA, SOLO QUEDA ESPERAR "QUE NOS TIREN A TODOS AL RIO" (AHORA SABREMOS QUIENES ERAN LOS QUE TOCABAN LAS PUERTAS DE LOS CUARTELES)

HACE RATO QUE LO VENIMOS DENUNCIANDO: BASEOTTO - BERGOGLIO Y SUS SECUACES DEL OPUS DEI

SOCIEDAD - POLÍTICA

Autoriza la Iglesia a sus miembros a intervenir en la actividad política

Al faltar una oposición fuerte, actuarán cuando las instituciones corran riesgo

Sin que haya existido una reunión especial entre obispos o una definición pública de la institución, existe consenso en el clero para que la Iglesia Católica participe activamente no sólo en la vida social argentina, sino también en los conflictos institucionales o políticos que puedan surgir. No resulta casual, confirmaron tanto en el Arzobispado de Buenos Aires como en la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que en lo que va del año se hayan producido tantas intervenciones políticas de la Iglesia.
“Varios obispos están de acuerdo con no repetir errores del pasado. En otras épocas, la Iglesia calló. Hoy, ante la falta de una oposición fuerte, la Iglesia no va a callar y va a intervenir cada vez que sienta que las instituciones están en riesgo”, confió a LA NACION una fuente muy cercana al cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires y presidente de la CEA.
Las comunidades eclesiásticas de Misiones, Tucumán, Santiago del Estero, Santa Cruz y Entre Ríos, por ejemplo, se ofrecieron en 2006 como mediadoras en diversas crisis que la dirigencia política no acertaba a resolver.
En verdad, la última controversia consistió en los cuestionamientos por la concentración y extranjerización de tierras, formulados por los obispos de Pastoral Social, que preside el obispo de San Isidro, monseñor Jorge Casaretto.
Pero el caso más publicitado fue el del obispo de Iguazú, monseñor Joaquín Piña, que el 29 del mes próximo encabezará la lista de candidatos opositores a la reforma de la Constitución de Misiones. Otros diez religiosos de la Iglesia Católica acompañarán al obispo en la cruzada contra el gobernador Carlos Rovira, que quiere sancionar la reelección indefinida para intentar perpetuarse en el poder.
“No vamos a aceptar que nos cambien las reglas de juego”, cuestionaron en el Episcopado. Las reglas actuales incluyen, en el artículo 2° de la Constitución, que "el gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano".
De cualquier manera, la Iglesia no tiene pensado armarse políticamente. El de Piña, juran, debería ser un caso más excepcional que corriente. "La Iglesia no va a participar en política. Eso está decidido", confirmó una fuente de la CEA, que desconfió de las versiones que indican que el obispo prelado de Humahuaca, monseñor Pedro Olmedo, podría oponerse políticamente al gobernador de Jujuy, Eduardo Fellner, si es que éste insiste con sus intentos hegemónicos.
Olmedo y el obispo de Jujuy, Marcelino Palentini, cuestionaron públicamente al gobernador, que ya va por su segundo mandato consecutivo.
La cúpula de la Iglesia argentina no tuvo hasta ahora una reunión para definir una posición uniforme acerca del "avance de los políticos sobre las instituciones", como definieron en la CEA.

Hubo, sí, encuentros y charlas entre varios de los obispos y arzobispos. "Con matices, casi todos están de acuerdo con poner límites y combatir los excesos. La Iglesia no va a permitir que se destruyan las instituciones", explicó la misma fuente.

La historia, dicen, comenzó en la crisis de 2001/2002, con la Mesa de Diálogo Argentino, donde la presencia de tres obispos en nombre del Episcopado "ayudó a sostener el gobierno de Eduardo Duhalde".

Sin embargo, no fue si no hasta el "caso Baseotto" que la Iglesia unificó su actitud combativa. "Se tomó como una intromisión del Presidente en la Iglesia", aseguró un hombre cercano al cardenal Bergoglio.

Postura única
Vale recordar que monseñor Baseotto es el obispo castrense y que, tras un entredicho con el ministro de Salud, Ginés González García, en 2005, Kirchner pidió que fuera removido del cargo, algo que el Vaticano -primero con Juan Pablo II y después con Benedicto XVI- no aceptó convalidar.

Desde entonces, hubo conversaciones entre los líderes de la Iglesia, que coincidieron en sostener una postura más granítica. "No debemos cometer los errores de la década del 70 ni del 90. No somos amigos del poder y eso es lo que tiene claro este grupo de obispos, que es parte de una renovación en serio. No nos olvidemos de que uno de los pocos sectores que realmente tuvieron una renovación en los últimos tiempos fue la Iglesia", comentaron en el Episcopado.

Un dato: en 1996, la Iglesia realizó una autocrítica por no haberse enfrentado más enfáticamente a la dictadura.

Con esta definición diseminada por las circunscripciones eclesiásticas del país, el arzobispo de Tucumán y a la vez vicepresidente primero de la Conferencia Episcopal Argentina, Luis Héctor Villalba, organizó la semana pasada una reunión con el gobernador tucumano, José Alperovich; el vicegobernador y presidente de la Legislatura, Fernando Juri, y el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la provincia, Alfredo Dato. O sea: con los jefes de los tres poderes provinciales. Hasta entonces, un creciente conflicto de poderes hacía que la relación entre ellos fuera cada día más tensa.
En varias provincias
Y así como en Tucumán la Iglesia diluyó una crisis que la política no podía resolver, una semana antes, en Santiago del Estero, el obispo Francisco Polti también se convirtió en una salida casi política: durante el autoacuartelamiento de 1200 policías, en la capital provincial, y cuando una masa de más de miles de seguidores del gobernador, Gerardo Zamora, se dirigía hacia el cuartel de los amotinados, el obispo envió a su secretario privado, padre Jorge Ramírez, para dar apoyo emocional a los rebeldes.
Los casos son más. Hubo también en Las Heras, Santa Cruz. O en Gualeguaychú, cuando el conflicto por la instalación de dos pasteras de celulosa sobre el río ponía al límite la relación con Uruguay. O en Mendoza. O en Corrientes. En casi todo el país, donde hubo conflictos políticos o institucionales no resueltos por la dirigencia, apareció la Iglesia. Y no por casualidad.
Por José Ignacio Lladós
De la Redacción de LA NACION


http://www.lanacion.com.ar/politica/nota.asp?nota_id=843258
LA NACION | 24.09.2006 | Página 1 | Política