2007-05-07

EL MAYOR PELIGRO DEL CATOLICISMO, EL MAYOR ANTICATOLICO, ES EL PROPIO VATICANO

ArgAtea: Los "fuertes mensajes" contra la pobreza, la injusticia social, la violencia y el aborto solo son expresiones demagógicas y proselitistas, con la "esperanza" de seguir en el poder que le dan las estadísticas fraudulentas. No aceptan el laicismo porque no aceptan la competencia, no son "los males del relativismo" la preocupación, lo que les aflige es una democracia para iguales entre iguales.

El Papa hablará en su visita a Brasil sobre la pobreza y el aborto

07/05/2007 19:17 Agencias. ROMA. El Papa Benedicto XVI promulgará durante el viaje a Brasil, que realizará entre este miércoles y el domingo, "fuertes mensajes" contra la pobreza, la injusticia social, la violencia y el aborto, según explicó en Roma el Secretario de Estado Vaticano, el Cardenal Tarcisio Bertone.

La Iglesia católica sigue con preocupación los problemas que existen en Latinoamérica, destacó Bertone, "pero también existen grandes señales de esperanza y de reanudación de la actividad misionera".

El Papa también hablará sobre la creciente huida de católicos hacia sectas protestantes, así como sobre el derecho a la vida. "Aún hay que esperar los resultados del viaje. Esperamos que estos mensajes sean escuchados y no sólo por las comunidades católicas, sino también por los políticos", dijo Bertone.

Grupos de feministas y defensores de los derechos de los homosexuales anunciaron protestas contra las conservadoras posturas del pontífice sobre los derechos de la mujer, los anticonceptivos y el aborto.

Benedicto XVI visitará Brasil en su primer viaje transatlántico desde su elección como Papa en 2005. El domingo comenzará la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Aparecida, el principal lugar de peregrinación del país. Juan Pablo II visitó Brasil en tres ocasiones.

Los desafíos de Benedicto XVI en Brasil
El hecho de que la Iglesia Católica sea la mayor religión organizada del mundo se debe en gran parte a América Latina, donde vive casi la mitad de sus 1.100 millones de creyentes. Sin embargo, en las últimas décadas América Latina también se ha convertido en una fuente de constante preocupación para Roma.

Un número creciente de latinoamericanos o bien está abandonando la Iglesia Católica para convertirse a otras religiones o sectas, especialmente las del protestantismo evangélico, que en muchos casos reciben apoyo y ayuda financiera de Estados Unidos, o simplemente ignora las enseñanzas católicas bajo la influencia del ‘secularismo hedonista’ occidental.

En 1980, cuando Juan Pablo II visitó Brasil por primera vez, prácticamente todos los habitantes del país decían profesar la religión católica. Aunque Brasil sigue siendo el país con la mayor comunidad católica del mundo (más de 135 millones de creyentes), la población católica se ha reducido en los 20 últimos años de un 89 a un 74 por ciento.

Alarmado, el cardenal brasileño Claudio Hummes formuló la siguiente advertencia en un sínodo de obispos celebrado en Roma en 2005: "Debemos preguntarnos cuánto tiempo más Brasil seguirá siendo un país católico".

En todo el subcontinente latinoamericano hay cada vez menos sacerdotes y el número de feligreses católicos ha caído a un mínimo histórico.

Muchos de los gobiernos en América Latina ya no son dictaduras derechistas, sino democracias escoradas hacia la izquierda, que sienten poca simpatía por los que defienden con firmeza los "valores familiares tradicionales".

No es difícil entender por qué la visita pastoral de Benedicto XVI a Brasil tiene lugar en un momento crucial para la Iglesia Católica.

El hecho es que hasta ahora una de las acciones más notables del Papa ha sido amonestar a un influyente teólogo salvadoreño, el jesuita Jon Sobrino, uno de los principales representantes de la Teología de la Liberación, una corriente teológica muy popular en América Latina y entre quienes creen que la Iglesia Católica debería promover un Jesús más "real", precisamente lo que preconizan los líderes de la comunidad pentecostal de Brasil.

Algunos también acusan al alemán Joseph Ratzinger, considerado como uno de los teólogos vivos más eminentes, de estar demasiado preocupado por los "males del relativismo" y la decreciente influencia de la Iglesia Católica en Europa como para prestar atención a lo que está pasando en el resto del mundo.

Los líderes de la Iglesia Católica brasileña esperan que durante su estancia el Papa les ayude a encontrar vías para recuperar el apoyo perdido entre la población. Es poco probable que el Papa intente lograr esto con gestos espectaculares del tipo que hicieron tan popular a su predecesor Juan Pablo II, quien durante su primera visita a Brasil caminó por una de las favelas charlando con los habitantes. Tampoco es probable que Benedicto XVI se lance a la reconquista de adeptos pronunciando los discursos incendiarios que tanto gustan a los brasileños.

Benedicto XVI es un académico tranquilo, casi tímido, y los dos primeros años de su papado han demostrado que sigue siendo un tradicionalista que no tiene reparos en expresar ‘verdades impopulares’ sobre asuntos como la sexualidad o la correcta celebración de las misas.

Aun así, Ratzinger es capaz de causar sorpresas. Durante su último viaje al exterior, en noviembre pasado a Turquía, que se produjo en medio del gran revuelo causado por unos comentarios supuestamente antiislámicos, Benedicto XVI se ganó la simpatía de muchos musulmanes con una espectacular visita no prevista a la Mezquita Azul en Estambul.

1 comentario:

Anónimo dijo...

en Am.Latina.. iglesia esta acabada en Cuba. Venezuela