2007-02-27

NEGAR LA POSIBILIDAD DEL DERECHO A DECIDIR, ES VIOLAR UN DERECHO HUMANO.

Martes, 27 de Febrero de 2007

http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-80951-2007-02-27.html

LA PROCURACION DICTAMINO A FAVOR DEL ABORTO DE LA CHICA VIOLADA

“No podemos condicionarle su vida”

María del Carmen Falbo sostuvo que se debe convalidar el pedido de la chica abusada por su padrastro por el riesgo que corre su salud psíquica. Ahora debe resolver la Suprema Corte provincial.

Por Raúl Kollmann

María del Carmen Falbo dictaminó como procuradora ante la Suprema Corte de la provincia.

La procuradora bonaerense, María del Carmen Falbo, dictaminó ayer que debe autorizarse la interrupción del embarazo de la joven de 14 años cuya identidad se conoce sólo por las siglas V.O. La chica fue violada por su padrastro de 30 años y ya la jueza marplatense Silvina Darmandrail y la Cámara Civil de esa ciudad se habían expedido convalidando el aborto terapéutico. Falbo cita reiteradamente todos los informes psicológicos que figuran en la causa: “El embarazo deteriora a la niña V.O. y la desgasta psíquicamente día a día”; “tiene una angustia silenciosa, el abuso ha destruido su individualidad, está traumatizada por un embarazo que le resulta extraño y del que se niega a hablar”; “continuar con el embarazo sería para la niña V.O. quedar en la misma situación que el perverso la colocó”. A partir de hoy, la Corte Suprema debe resolver el caso. En la oportunidad anterior, en julio de 2006, cuando se trató del aborto de una chica mentalmente discapacitada, se convalidó la interrupción del embarazo por seis votos a tres. Lo más probable es que esta vez, con alguna diferencia en la votación, el fallo también autorice el aborto terapéutico.

“Todos exigimos maternidad responsable –dice Falbo en su dictamen–, todos declamamos los derechos de la mujer, los derechos de los niños. No desconozco la protección que el ordenamiento jurídico le otorga al por nacer. Sin embargo, no es idéntica la protección de una y la otra. No podemos exigirle a V.O. no ya que sea madre, sino que soporte estoicamente los días, las horas y los meses que la separan del alumbramiento a costa de su salud. No podemos condenarla a que su salud psíquica se comprometa en grado tal que luego condicione toda su vida”. Falbo cita en apoyo del diagnóstico sobre la salud psíquica de la niña las posiciones del Comité de Bioética que opinó sobre el caso, el informe del Hospital Interzonal de Mar del Plata, la psicóloga de menores, los peritos psiquiatras, el médico y la licenciada en psicología que participaron del expediente y la licenciada en psicología que la atiende actualmente.

La procuradora repite un argumento que ya utilizó en el caso de 2006 cuando se planteó el derecho a la vida como superior a cualquier otro. “Comparto absolutamente el hecho de que en nuestro país, la vida del niño por nacer se halla protegida desde la concepción. Pero corresponde meritar que tal como sucede con todos los derechos reconocidos por nuestra Constitución, ninguno de ellos posee carácter absoluto. Ejemplo de ello es que la protección del derecho a la vida es enteramente compatible con la regulación de la legítima defensa, como causa de justificación que permite, cuando se den los requisitos exigidos por la ley, la muerte del agresor. Es decir que, a pesar de las cuestiones éticas o morales que pueden suscitarse en torno a un delito tan sensible como es el aborto, lo cierto es que la vida humana no se protege penalmente en cualquier circunstancia. En esta línea de análisis, resta entonces decir que la decisión legislativa de subordinar el derecho a la vida del feto en los supuestos excepcionales en los que el embarazo importa un riesgo para la vida o salud de la madre no constituye un ejercicio irracional ni censurable”.

En realidad, Falbo había hecho una manifestación mucho más abarcativa en el dictamen del año pasado. En esa ocasión escribió: “Sostengo que está eximida de pena cualquier mujer que desea no continuar con un embarazo producto de un ataque a su integridad sexual y así debe interpretarse la norma del Código Penal”. En otras palabras, sostenía que no es punible el aborto en todos los casos de violación. Esta vez la procuradora fue más específica y sostuvo que produce un daño irreparable la continuación del embarazo, producto de una violación, que tiene los dramáticos agravantes de que la víctima tiene 14 años, el victimario 30 y encima es el padrastro.

El dictamen se explaya sobre otro litigio planteado en forma reiterada. Quienes se oponen al aborto en este caso –y lo mismo ocurrió en otros– argumentan que los médicos no necesitan autorización judicial y que, por lo tanto, corran el riesgo. Si después de realizado el aborto son denunciados, tendrán que defenderse y asumir el peligro de una condena por homicidio. En el fondo, es una forma tácita de combatir el aborto porque habrá una espada de Damocles sobre el profesional que lo practique. Falbo sostiene que efectivamente no se necesita pedir una autorización, pero que “en caso de que alguna de las partes entiende que se pretende actuar fuera de la ley, la Justicia se encuentra en ese caso plenamente habilitada para conocer y resolver acerca de la eventual licitud o ilicitud”.

Por último, la procuradora destina un párrafo al fiscal general de Mar del Plata, Raúl Fernández Garello, que pese a la existencia de dos defensoras –la del feto y la de la niña-madre–, salió a la cancha a pelear contra la interrupción del embarazo. Fernández Garello revistó como funcionario de Seguridad convocado en su momento por el ahora juez de la Corte Eduardo Pe-ttigiani, que encabezó hace seis meses un furibundo debate para impedir la interrupción del embarazo de una chica deficiente mental violada por el tío. Pettigiani es catalogado como el sector más conservador y más vinculado a la Iglesia Católica. “La actuación de Fernández Garello no sólo parecería formalmente irregular y extemporánea, sino que además podría estimarse improcedente por ausencia de competencia”, señala Falbo.

La procuradora concluye entonces que “así como se ha sostenido que el derecho no puede requerir conductas heroicas, menos aún puede la Justicia exigir que una niña adolescente tenga la templanza y las herramientas para sobrellevar la mutación abrupta de su proyecto de vida en génesis, más aún cuando comprender y aceptar que ese cambio le es impuesto como consecuencia de los actos de un tercero delincuente”, es decir su padrastro violador.

Como adelantó en exclusiva Página/12 hace diez días, V.O. llevaba entonces diez semanas de embarazo. La decisión de la Corte llegará cuando se cumplan doce. La propia jueza Darmandrail y los camaristas Roberto Loustaunau, Ricardo Monterisi y Nélida Zampini ya advirtieron sobre el peligro de dilatar la decisión.

TODOS LOS ENLACES CONDUCEN A ROMA,

Domingo, 25 de Febrero de 2007

Aguer, nuevo consejero de la Justicia y de la Paz

El Vaticano anunció que el muy conservador obispo platense es el nuevo integrante de ese Pontificio Consejo.

Por Washington Uranga

El ascenso es un espaldarazo para este enemigo de los preservativos que criticó la anulación de las leyes de impunidad.

El Vaticano anunció ayer en Roma que el papa Benedicto XVI nombró al arzobispo de La Plata, Héctor Rubén Aguer, nuevo integrante del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz. La designación constituye un respaldo vaticano y un reconocimiento para uno de los obispos más conservadores de la Argentina y un hombre que mantiene sólidos contactos en la curia romana. El Consejo para la Justicia y la Paz está presidido por el cardenal Renato Martino y lo integran unas cuarenta personalidades de todo el mundo, entre miembros y consultores. Junto con Aguer fueron nombrados miembros del Pontificio Consejo el cardenal Meter Kodwo Appiah Turkson, arzobispo de Cap Coast, en Ghana, y el arzobispo de Camagüey, en Cuba, Juan García Rodríguez.

La finalidad del organismo, que forma parte directa del gobierno central de la Iglesia Católica, es “promover la justicia y la paz en el mundo según el Evangelio y la doctrina social de la Iglesia”. Según lo establece la Constitución Apostólica Pastor Bonus, del 28 de junio de 1988, por la cual el papa Juan Pablo II le dio al cuerpo su constitución actual, el Pontificio Consejo “mantiene particulares relaciones con la Secretaría de Estado (máximo instancia de la Santa Sede), especialmente cada vez que hay que tratar públicamente cuestiones referentes a la justicia y la paz mediante documentos o declaraciones”. De ello se desprende que de aquí en más, el arzobispo Aguer será consultado con asiduidad cuando el Vaticano se vaya a pronunciar sobre cuestiones vinculadas a la llamada “doctrina social de la Iglesia”, en la que al arzobispo platense es considerado un experto.

Aguer nació en Buenos Aires en 1943, estudió el seminario porteño, fue ordenado sacerdote en 1972 y es obispo desde 1992. Primero se desempeñó como obispo auxiliar de Buenos Aires y, desde 1998 como arzobispo de La Plata, primero como coadjutor y desde el 12 de junio del 2000 como titular de esa jurisdicción eclesiástica. Héctor Aguer, un hombre de perfil sumamente conservador, es una de las figuras más polémicas dentro del episcopado católico argentino, donde no cuenta con mucho apoyo de sus pares, pese a lo cual sigue gozando de influencia en Roma. En la última elección en el Episcopado el arzobispo Aguer no obtuvo ningún cargo de relevancia, como podría haber sido la presidencia de una de las comisiones a las que se accede por voto de la asamblea. Es miembro de la Comisión Episcopal de Educación y en su condición de arzobispo de La Plata integra la Comisión Permanente del Episcopado. Por otra parte es capellán de la Orden de Malta en la Argentina, cuyo embajador es Antonio Manuel Caselli, hijo de Esteban Caselli, ex secretario de Culto y embajador argentino ante el Vaticano en tiempos de Carlos Menem.

En noviembre del 2003, en una de sus actuaciones más criticadas dentro y fuera de la Iglesia, Aguer actuó como fiador de Francisco Tru-sso, comprometiendo en ello un millón de pesos, para que el ex banquero pudiera obtener su excarcelación. Según lo testimonia el sacerdote Eduardo De La Serna, el hoy arzobispo Aguer echó a jóvenes de la parroquia de Belgrano (Buenos Aires) en los años de la dictadura por “leer los documentos de Medellín (Conferencia General de los Obispos Latinoamericanos de 1968)”. Según el propio De La Serna, el mismo Aguer fue el denunciante del sacerdote Pablo Gazzarri, detenido-desaparecido en 1976.

Aguer se opuso también a la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final por considerar el hecho como “una venganza” y en materia de salud sexual y reproductiva, además de ser un firme defensor de la doctrina de la Iglesia en la materia, ha criticado el uso del preservativo argumentado “fallas en el adminículo de látex y que no se deben al mal uso del mismo”. Según Aguer “entre el 10 y el 15 por ciento de los usos fallan precisamente debido a eso y las cifras son más o menos parejas si se refiere al fracaso en cuanto a la transmisión de enfermedades o al fracaso en cuanto a la prevención del embarazo”.

2007-02-26

LA OPORTUNIDAD HACE AL LADRÓN

ArgAtea: Cuando un ciudadano civil comun no tiene ni derechos,ni voz, y no tiene quién le escuche o resuelva sus necesidades más urgentes... ES ENTONCES COMO APARECE LA MAGIA del último recurso político el "credito de la confianza", como única esperanza del olvido social y la manipulación política de la ciudadanía.

Se movilizan en La Plata contra relleno en Brandsen
Los vecinos pedirán la intervención en el conflicto del arzobispo platense.
Vecinos de las localidades de Abasto, Etcheverry, Olmos y Melchor Romero, pedirán al arzobispo platense, monseñor Héctor Aguer, que interceda ante el Gobierno bonaerense para evitar la posible instalación de un relleno sanitario en el partido de Brandsen.
La gestión será encabezada por el cura párroco de Abasto, José Luis Segovia, quien además solicitará una entrevista para que Aguer escuche de los propios vecinos las inquietudes y temores que genera en la zona oeste del Gran La Plata la eventual radicación de un polo ambiental a la vera de la ruta 2.
Brandsen, como se ha venido informando, sería uno de los distritos que elegiría la Provincia para radicar un relleno sanitario que recibirá basura de comunas del Conurbano y Capital Federal.
Las quejas de vecinos y productores del sector oeste de La Plata tiene que ver con que el eventual emplazamiento del relleno y sus posibles efectos contaminantes, afectaría la producción hortícola y florícola de la zona. "El relleno está a menos de dos kilómetros de nuestra zona y a 15 del sector urbano de Brandsen", indicaron ayer algunos vecinos consultados por este diario.En el marco de las acciones para rechazar el polo ambiental, vecinos de estas localidades más Los Hornos, están preparando un "abrazo simbólico" a Casa de Gobierno, que se concretará el 16 de marzo, donde estarán además los productores de flores y verdura de esas zonas.
Por otra parte, el próximo jueves a las 19, habrá una reunión en Etcheverry donde participarán integrantes de la Asamblea de Brandsen que agrupa a vecinos y ambientalistas de ese distrito, para coordinar acciones conjuntas.Los vecinos de la zona oeste sostienen además que los funcionarios municipales deberían alzar su voz de rechazo a esta posible radicación.
"El basurero estará a nada más que 3 kilómetros del nuevo parque industrial que proyecta el municipio. Y nosotros nos preguntamos ¿quién se va a querer radicar con un relleno sanitario tan cerca?", completaron.
REACCION DE PRODUCTORES HORTICOLASEn tanto, las voces de reclamos por el relleno sanitario que quieren instalar en Brandsen también suma a los productores hortícolas del Partido de La Plata, quienes manifestaron su oposición a la iniciativa del Gobierno de la provincia y se declararon en "alerta y análisis permanente"."Quieren poner un depósito de basura en un predio de casi 1000 hectáreas de tierras óptimas para la producción agropecuaria, lo que afectaría directamente la zona de producción hortícola más importante de la Provincia, que abastece los centros de consumo más importantes", indicó Héctor Vázquez, presidente de la Asociación de Productores Hortícolas del Gran La Plata.
ArgAtea:
El sitio que lleva el seguimiento del problema:
Listado de mails enviados a diputados y senadores provinciales:
Enviado por admin el Mié, 02/14/2007 - 13:50.
Este es el listado de direcciones de correo electronico de nuestros diputados y senadores provinciales. Sería bueno que les "contáramos" nuestra opinion sobre la ley 13592 y los metodos de gestión de la basura.
Noticias relacionadas en el Blog

Sigue la lucha de vecinos de Ensenada contra un relleno sanitario - InforegiónEnviado por admin el Lun, 02/26/2007 - 01:18.

A pesar de que ya dispusieron el cierre del relleno sanitario en esa zona para fines de año, los habitantes mantienen su plan de lucha en pos de un mejor tratamiento de los residuos. Además, marcaron diferencias con la situación que se vive en Brandsen y destacó que el predio del CEAMSE fue instalado de forma ilegal mientras y no realizaron ningún estudio de impacto ambiental.

Ambientalistas solicitan mayor compromiso de los gobiernos - diario HoyEnviado por admin el Lun, 02/26/2007 - 00:51.

Unas 40 asambleas barriales, ONGs y asociaciones ambientales del país pidieron además "acciones concretas", tras un plenario realizado en ruta 136, (corte de Gualeguaychú), y adhirieron a la jornada que se realizará el 16 de abril contra la instalación del relleno sanitario en Brandsen.
La "guerra" de la basura - diario El DíaEnviado por admin el Lun, 02/26/2007 - 00:44.

"La guerra de la basura" desnudó esta semana la falta de diálogo y estrategia a escala regional. La durísima embestida del intendente de Ensenada contra el Concejo Deliberante de La Plata, y las fuertes réplicas que le siguieron, fueron una clara demostración de que un tema tan sensible como el del destino y el tratamiento de los residuos domiciliarios no es abordado con un enfoque regional; ni siquiera con un mínimo nivel de comunicación que permita explorar alternativas comunes.

Reprimen piquete en la Ruta 2 - diario PopularEnviado por admin el Sáb, 02/24/2007 - 09:56.
ArgAtea: Por supuesto que despues de esto... las palabras están demás.

2007-02-24

QUIENES SON LOS FUNDAMENTALISTAS? OTRA VEZ LA IGLESIA CATÓLICA ULTRACONSERVADORA EN LA SOCIEDAD ARGENTINA

ArgAtea: Se trata de que la IGLESIA CATOLICA pretende inducir a la locura y al fundamentalismo? El que calla otorga.


Sábado, 24 de Febrero de 2007


http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/elpais/1-80821-2007-02-24.html
AMENAZAS EN EL HOSPITAL DESIGNADO POR LA JUSTICIA PARA HACER UN ABORTO
Una guerra santa en Mar del Plata
Directivos y profesionales del Hospital Materno-Infantil recibieron mensajes que anuncian “represalias” si allí se concreta el aborto a una chica violada. Sobre el caso todavía debe expedirse la Corte provincial. La jueza que inicialmente autorizó el aborto también recibió intimidaciones.
Por Cristian Alarcón

El Hospital Materno-Infantil de Mar del Plata fue objeto de las intimidaciones de los sectores ultraconservadores.

Los sectores ultraconservadores de Mar del Plata sacaron ayer las garras. Fuentes del Ministerio de Salud confirmaron que en la dirección del Hospital Interzonal Materno-Infantil se recibieron varias amenazas escritas enviadas a través del fax que apuntan a que los profesionales del lugar no realicen, en el caso de que la Suprema Corte Bonaerense se expida a favor, el aborto que pide una adolescente de 14 años embarazada tras una violación. El caso divide aguas. Tanto que también en el juzgado de menores a cargo de Silvina Darmandrail se han recibido “mensajes intimidatorios” durante la semana, según confirmaron a Página/12 fuentes judiciales. Sin embargo, a pesar de los aprietes que comienzan a hacerse sentir sobre la comunidad médica, fuentes del hospital le dijeron a este diario que “el ánimo de los profesionales no es dejarse intimidar sino cumplir con su deber”. “Si la Justicia lo autoriza, no cabe duda de que aquí habrá médicos que se dignen a hacer el aborto a la chica”, le dijo un obstetra a este diario.

La información oficial sobre las amenazas al Hospital Interzonal Materno-Infantil fue escueta pero contundente. El coordinador de la Región Sanitaria 8ª, Mario Besteiro, confirmó ayer a la tarde que durante las últimas 24 horas se habían recibido “faxes con intimidaciones” en contra de la eventual práctica de interrupción del embarazo a V. O. Besteiro aclaró sólo que las amenazas eran “en contra” del aborto legal que la Corte bonaerense podría autorizar de forma definitiva el próximo miércoles. Tanto el fallo de primera instancia como el de Cámara ordenaron que la intervención se practicara en ese hospital.

“Grupos católicos han amenazado a la dirección, diciendo que si autoriza iban a tomar represalias contra los directores y los profesionales que lleven adelante la práctica”, le dijo anoche a Página/12 un profesional del Hospital Materno-Infantil. Si bien la dirección del centro de salud fue hermética y no se divulgaron los textos de las amenazas faxeados, los médicos y médicas supieron temprano que se los intimaba a no realizar el aborto en el caso de que fuera autorizado. Una fuente judicial le dijo a este diario que “los profesionales no van a transigir por un grupo de ultraconservadores que no tienen en cuenta lo que le ocurre a la niña que atraviesa una tragedia”. Para ilustrar el asunto, un médico obstetra contó el diálogo entre los colegas que anoche hacían guardia: “¿Si hoy vinieran con la nena, vos lo harías?”. “Sin dudarlo”, respondió el otro.

Al mismo tiempo que en el hospital se recibieron amenazas, en el juzgado de menores a cargo de Silvina Darmandrail se acumularon las cartas de personas y organizaciones que invocan “la ley de Dios” para pedir que no se realice el aborto. “Decida como decida, la tendremos en nuestras oraciones –le dicen a la jueza dos católicos confesos–. Si no cambia de parecer no la consideraremos nuestra enemiga, de la misma manera que Jesús no consideró enemigos a los que le hacían mal, en la última cena, sabiendo que lo iban a traicionar. A Judas no lo trató como a un enemigo, más bien lo trató como a un amigo, y le dijo que hiciera lo que tenía que hacer. También, ya muriendo en la cruz, no trató a los sumos sacerdotes como sumos enemigos, sino que les pidió a Dios Padre que los perdonara porque no sabían lo que hacían. En este sentido, de sostener su postura, elevaremos nuestras oraciones diciendo también: ‘Padre, perdónala porque no sabe lo que hace’. Después usted deberá convencer a nuestro Dios de que no entendió lo que aquí le quisimos transmitir.”

La Fundacion Argentina del Mañana, con dirección en Gelly y Obes 2247, le advierte a la magistrada que falló en primera instancia autorizando el aborto legal de V. O., que “en la eventualidad de no prosperar los recursos presentados sobre la sentencia de muerte pronunciada por VS, contra NN persona por nacer, también denominado ‘eso’ por la menor, comprenda que un sinnúmero de adherentes a esta asociación, horrorizados, consideremos inexcusable la aparente falta de atención en el sentido de que al menos se arbitren las medidas de protección que garanticen que reciba asistencia religiosa in articolo mortis”.

Los militantes antiabortistas que ayer desfilaron por las calles de Mar del Plata con cochecitos vacíos en contra de que se le practique un aborto legal a V. O., la chica que habría sido violada por su padrastro, no están solos. En la Justicia tienen quien los interprete. Se trata nada menos que del fiscal general del distrito, Raúl Fernández Garello, quien apeló, junto a la asesora de menores Silvina Fernández, en representación del “niño por nacer”, la decisión de la Cámara Civil a favor del aborto a la chica. El fiscal se había mantenido en las sombras de este complejo proceso hasta que la decisión de los camaristas Roberto Loustaunau, Ricardo Monterisi y Nélida Zampini sorprendió anteayer al avalar la intervención que requieren tanto la chica como su madre.

Fernández Garello pasó a la acción directa: se dedicó a argumentar ante la Suprema Corte Bonaerense en contra del aborto. Y, por otro lado, usando su poder como jefe de todos los fiscales penales de Mar del Plata, le ordenó a Carlos Pelliza, quien investiga el abuso sexual contra V. O. –en el que el acusado es su padrastro– que interrogue en esa causa a la perito psicóloga Beatriz Malbrán, la profesional que realizó la pericia en la que se concluye que el daño psicológico que podría sufrir la niña embarazada sería irreversible si continúa con la gestación. “El fiscal general asegura que existen irregularidades en el informe psicológico y que, por lo tanto, no estaría probado el daño psíquico de la menor. Le importa nada la opinión de la madre y de la chica”, le dijo a Página/12 una fuente judicial.

Según las fuentes, la psicóloga tuvo que sentarse como testigo a responder un interrogatorio en el que se la acusó de haber incurrido en contradicciones a la hora de brindar información. “Por ejemplo, ella en la Cámara Civil dijo que quizá no había sido la primera vez que la niña había sido abusada. Luego en el informe, ella, como a la nena le cuesta tanto hablar del abuso en sí mismo, no dice que el abuso fue reiterado”, explicó una fuente judicial. Fernández Garello cuestiona además en la apelación ante la Corte que un párrafo escrito con letra negrita no se entiende si es dicho por la menor o es su propia interpretación. Por último, el fiscal también le cuestiona a la perito psicóloga que no haya citado bibliografía para avalar su dictamen. Malbrán aseguró en su estudio que V. O. podría padecer severos daños psicológicos si no puede interrumpir un embarazo generado de una situación violenta como el abuso sexual, por el que se acusa a la ex pareja de su madre.

DERECHOS CONTRAPUESTOS

El país|Sábado, 24 de Febrero de 2007
EL FALLO DE LA CAMARA Y EL DEBATE SOBRE EL ABORTO
Los derechos contrapuestos
Los grupos católicos suelen invocar el “derecho a la vida del no nacido” como argumento para rechazar el aborto, incluso en los casos en que no es punible según la ley. La Cámara Civil de Mar del Plata, al convalidar el fallo de primera instancia y autorizar la interrupción del embarazo de la chica violada por su padrastro, analiza aquella cuestión.

“Todos los derechos fundamentales que prevé la Constitución en forma expresa o implícita tienen idéntica jerarquía. Pero también no son derechos absolutos, y cuando existe una colisión de derechos se aplica el principio de proporcionalidad”, explican los jueces Roberto Loustaunau, Ricardo Monterisi y Nélida Zampini.

Y sostienen que en el caso de la chica abusada “entran en juego varios derechos que colisionan entre sí, el derecho a la vida de la persona por nacer, la salud de la madre, pero también entra en juego la libertad sexual y el derecho a la dignidad y a la integridad personal que consagran no solamente la Convención sobre Derechos del Niño y los tratados internacionales, sino también la ley 26.061 sobre Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes”.

Precisamente, el artículo 9 de la ley 26.061 señala que “las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a la dignidad como sujetos de derechos y de personas en desarrollo; a no ser sometidos a trato violento, discriminatorio, vejatorio, humillante, intimidatorio (...). Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a su integridad física, psíquica y moral”.

El fallo de la Cámara admite que “tiene reconocimiento constitucional la vida humana, comenzando con la concepción. También compartimos con lo expresado por la apelante (la asesora de menores) en el sentido que desde la concepción en el seno materno comienza la existencia de las personas y por lo tanto tiene el status jurídico de persona”.

Aquí, la sentencia discurre sobre los derechos contrapuestos: “Respecto de la colisión entre la vida humana en formación y la libertad sexual de la mujer –dice el texto–, compartimos lo afirmado por Andrés Gil Domínguez cuando sostiene que ‘...si el embarazo es producto de una violación, y se produce una colisión contra la vida humana en formación, el aborto está permitido, prevaleciendo jerárquicamente el valor libertad sexual de la mujer sobre el valor vida humana en formación...’”.

Además, agrega que “coincidimos con lo dicho por el doctor Roncoroni en la sentencia dictada por la Suprema Corte de la provincia de Buenos Aires el 27 de junio del 2005, en cuanto sostuvo que ‘de lo que estamos tratando aquí es de la necesidad de una persona de recurrir a médicos diplomados para que eviten un peligro para su vida o su salud. Esto no niega el valor de la vida, ni siquiera ingresa en el debate sobre el momento en que ella comienza’”.

Los jueces, finalmente, se encargan de aclarar que “no se está autorizando el aborto voluntario, sino el aborto expresamente autorizado por la ley”. Y advierten que “considerar que el aborto no punible no pueda ser llevado a cabo implicaría que otras jóvenes en la misma situación no denuncien el delito (de violación) y concurran a lugares clandestinos al efecto de concretar el aborto, situación ésta generadora de innumerables riesgos para la salud de las madres”. El último párrafo resume la posición adoptada: “El aborto que legisla el artículo 86 del Código Penal protege la vida, la salud y los derechos de la niña víctima. Esto integra también los derechos humanos”.

La decadencia

Desde Panamá

Los dilemas de la Iglesia Católica tras la muerte de Juan Pablo II

Por: Olmedo Beluche (especial para ARGENPRESS.info)

Fecha publicación:23/02/2007

La masiva asistencia de personas, contadas por millones, a los funerales de Juan Pablo II, así como la extraordinaria cobertura de los medios de comunicación, sobre todo los televisivos, que no cesaron de transmitir durante una semana, representaron un final adecuado de su papado. Porque una de las características más notables de la administración eclesiástica de Juan Pablo II fue su ofensiva propagandística en todo el mundo para contrarrestar la pérdida de influencia de la Iglesia católica.

“El Papa viajero”, le llamaban, porque nunca antes en la historia hubo un regente del catolicismo que acudiera personalmente a tantos países, realizando actos litúrgicos masivos, que hubiera sido visto directamente por tanta gente en todos los continentes, que se hubiera reunido con tantos jefes de estado y hubiera explotado tan eficazmente los medios de comunicación de masas. Esta puesta en escena de la Iglesia calzaba bien con la personalidad de Karol Wojtyla, quien en su juventud fue actor teatral, políglota con algo de asceta y de místico, devoto mariano y admirador de San Agustín, además de primer Papa no italiano en cuatro siglos.

Crisis y continuidad en la Iglesia católica

El carácter y la actuación de Juan Pablo II no constituyeron una mera casualidad, ellos fueron la respuesta de un sector del catolicismo a la crisis y decadencia de la Iglesia en el mundo occidental, atenazada entre la expansión de otras iglesias cristianas, un laicismo generalizado y una creciente ruptura de sus propios fieles con algunos valores que postula.

Crisis que se inicia con el fin del feudalismo, hacia el siglo XV, con el surgimiento de la modernidad y el sistema capitalista; que tuvo su primer gran cisma con la Reforma protestante, encabezada por Lutero; y que se profundizó, pese a la Contrarreforma, con el éxito de las ideas de la Ilustración, expresadas en las revoluciones democrático burguesas (como la francesa de 1789) y el creciente laicismo del estado y la vida pública; con la industrialización del siglo XIX, el nacimiento de una Italia unida y la reducción del poder político del Vaticano a un mini estado en el centro de Roma; con los grandes cambios sociales, políticos y tecnológicos del siglo XX, de los que la Revolución Rusa y la expansión de las ideas socialistas y comunistas por el mundo fueron los más radicales.

Claro que la tremenda capacidad de adaptación de la Iglesia a los cambios sociales y políticos es una de las razones de su supervivencia: desde que naciera como una ideología subversiva y perseguida por el Imperio romano, porque en sus inicios fue una religión de los oprimidos (“todos somos iguales ante Dios”); saltando luego a religión oficial de ese mismo imperio; pasando por la Edad Media, en la que reinó junto a las castas feudales; hasta el presente capitalista.

Un complemento de la adaptabilidad política, para explicar la pervivencia de la Iglesia a través de los siglos, es la necesidad humana de creer, de encontrar consuelo a las presiones materiales y espirituales de un mundo cargado de opresión, injusticia, miseria, desigualdad e incertidumbres. El anhelo humano de encontrar alguna compensación, así sea espiritual, a las brutalidades de la sociedad de clases; la aspiración a la justicia, y el anhelo de poner fin al sufrimiento, así sea en “el otro mundo”, es un poderoso instrumento en manos de las religiones, en especial de la Católica.

En el fondo, las ideas cristianas representan una aspiración a la Utopía, es decir a una sociedad sin injusticias, tanto como las ideas socialistas. Este paralelismo ha sido destacado por algunos autores, como Mariátegui (El hombre y el mito, 1925), Rosa Luxemburgo (Iglesia y socialismo, 1905) y Michal Lowy (Marxismo y religión, 2004). La diferencia está en si la sociedad utópica que debemos construir pertenece al Cielo o a la Tierra. Lenin (Socialismo y religión, 1905), que se opuso a hacer del ateísmo parte del programa del Partido Bolchevique, dice: “la unidad en la real lucha revolucionaria de las clases oprimidas por un paraíso en la tierra es más importante que la unidad en la opinión proletaria sobre el paraíso en el cielo”.

La lucha de clases entra a la Iglesia

Sin embargo, para el catolicismo el paso del tiempo no ha sido en vano y es innegable la decadencia de su influencia. En el seno de la Iglesia la crisis se expresa con un creciente vaciamiento, abandonada por millones que ven como obsoletas muchas de las ideas que predica; con una “crisis de las vocaciones” sacerdotales, profesión a la que aspiran cada vez menos jóvenes; con un choque creciente entre las normas dictadas desde el Vaticano y el real comportamiento de la mayoría de los católicos practicantes, en temas como: la anticoncepción, el aborto, el divorcio, el papel de la mujer en la familia y la sociedad, la eutanasia, la clonación, etc.

La respuesta de la Iglesia a estos cambios no ha sido homogénea, y no puede serlo en una institución tan compleja que es, a la vez, un Estado presidido por un régimen monárquico, y una Iglesia compuesta por 1.000 millones de personas procedentes de todos los estratos sociales y culturas. La Iglesia católica no es, y nunca lo ha sido, homogénea. Como “estado espiritual” diversos partidos (así no se reconozcan bajo esa denominación) disputan el poder y la conducción, aunque prevalezca uno desde la silla de San Pedro. En diversos momentos de su historia, la lucha de clases que escinde la sociedad ha llegado a su seno, provocando realineamientos, conflictos y confrontaciones internas. La actualidad no escapa a esta situación.

Recordemos que, a lo largo de la Edad Media europea, cuando la Iglesia era el principal poder espiritual y político, solían confrontarse constantemente el bajo clero y las jerarquías en los conflictos sociales que surgían entre campesinos de la gleba y la nobleza, los cuales se expresaron en múltiples “herejías” condenadas y perseguidas en aquella época.

La Reforma fue una de aquellas herejías que expresó el conflicto entre el sistema feudal decadente, defendido por el alto clero, y una revolucionaria clase capitalista, al frente de los oprimidos, que pugnaba por una nueva sociedad, defendida por el bajo clero. Lutero y Tomas Münzer, en Alemania, representaron dos alas políticas, sociales y religiosas del frente confrontado con el feudalismo, como bien analiza Federico Engels en Las guerras campesinas en Alemania.

En Hispanoamérica vimos repetido este fenómeno durante la conquista, cuando curas como De Las Casas defendieron los derechos humanos de los pueblos indígenas diezmados por los españoles, mientras que jerarcas de la Iglesia dudaban si los indios tenían alma, legitimando con ello los crímenes de los conquistadores.

Las guerras de la Independencia hispanoamericana fueron apoyadas por curas progresistas, como Morelos en México, confrontados con las altas jerarquías que defendieron la monarquía hasta el último momento. Más recientemente, asistimos al sacrificio personal de sacerdotes como Camilo Torres, en Colombia, o los obispos Arnulfo Romero en El Salvador y Gerardi en Guatemala, asesinados por militares genocidas por defender los derechos de sus pueblos; mientras otros obispos ligados a las clases gobernantes bendicen a los opresores.

Concilio Vaticano II, inicio de una reforma progresiva

La Iglesia católica del siglo XX se vio forzada a considerar la necesidad de cambiar para no ver mermado su poder e influencia, tras salir muy desprestigiada de los papados de Pío XI y Pío XII, aliados de los regímenes fascistas de Mussolini y Hitler.

Esos primeros y moderados cambios, fueron iniciados por Juan XXIII y Pablo VI, fructificando en el llamado Concilio Vaticano II (1962-1965). A decir de Leonardo Boff, la renovación de la Iglesia propuesta en aquel Concilio asumió como lema: “no más el anatema sino la comprensión, no más la condena sino el diálogo”.

Este objetivo del Concilio Vaticano II se expresó en los años sesenta y setenta en un gran abanico de cambios internos: desde los formales, como dar las misas en las lenguas comunes y no en latín; una democratización interna de la institución, dando mayor peso a la colegialidad episcopal y a los consejos presbiteriales; la apertura a un diálogo ecuménico con otras iglesias; y, lo más importante, una actitud crítica frente a las miserias que producidas por el capitalismo en el mundo subdesarrollado, lo que dio pie a la doctrina de la “Opción Preferencial por los Pobres” y al nacimiento del gran movimiento latinoamericano denominado la Teología de la Liberación.

Los reaccionarios conspiran

Los cambios a los que dio origen el Concilio eran una especie de Reforma sin cisma y, como era de esperarse, fueron mal recibidos por el sector más conservador de la Iglesia en todo el mundo, muy vinculada con las élites gobernantes, en especial por la burocracia curial asentada en el Vaticano. Diversos sectores de la derecha de la Iglesia empezaron a converger en torno a un proyecto que les permitiera desplazar a los renovadores y retrotraer muchos de los pasos a la modernización adoptados en los sesenta. Para ellos, la Iglesia y su doctrina se estaban contaminando de ideas marxistas.

El cardenal norteamericano Paul Marcinkus, quien se haría célebre con la quiebra fraudulenta del Banco Ambrosiano, jugó un papel decisivo en este sentido. Marcinkus, según demostró la fiscalía italiana, en su condición de director del Banco del Vaticano, había tejido fuertes lazos con sectores empresariales y de la mafia italiana y norteamericana, como la logia masónica “P-2”, a los que le había permitido lavar dinero durante diez años. Una alegoría de estos hechos puede apreciarse en la afamada película El Padrino III.

Estos nexos saldrían a la luz en los años 80 con una investigación judicial que puso al desnudo el financiamiento de la mafia de los más connotados políticos italianos, en especial de la Democracia Cristiana. Posteriormente Marcinkus sería condenado a prisión preventiva por su papel en los manejos ilegales del Banco Ambrosiano.

También cobró fuerza en el ala anticomunista de la Iglesia católica una secta pseudo secreta y muy poderosa de origen español: el Opus Dei (la Obra de Dios). El Opus fue creado por el sacerdote español José María Escrivá de Balaguer en 1928. Escrivá y su “obra” tuvieron un papel relevante en el apoyo del régimen semifascista del dictador Francisco Franco. Escrivá influyó sobre el dictador para el restablecimiento de la monarquía en España y la Obra asesora directamente al rey Juan Carlos I. Su objetivo proclamado es acabar con el estado laico y construir un estado confesional (“Cujus regio, ejus religio”).

Para alcanzar este objetivo, el Opus recluta adeptos entre las élites empresariales y políticas, funcionando como una especie de logia secreta que prohíbe estatutariamente a sus miembros reconocer su filiación públicamente. La Obra ha visto crecer su influencia dentro de la Iglesia, en especial bajo el papado de Juan Pablo II, en cuya elección tuvo un papel decisivo. Se estima que está compuesta en la actualidad por unas 80.000 personas.

Cónclave de 1978, renovadores vs reaccionarios

El choque entre renovadores y reaccionarios se dio en el Cónclave que siguió a la muerte de Pablo VI en 1978. Las figuras que encarnaron ambas alas políticas fueron: por los renovadores, el cardenal italiano Albino Luciani, y Karol Wojtyla por la derecha reaccionaria. Mientras que Luciani era un renovador moderado, que se proponía mantener el curso de las reformas del Concilio Vaticano II, y fue apoyado por Giovanni Bennelli, hombre de confianza de Pablo VI; Karol Wojtyla, con fuertes relaciones con el Opus Dei, estaba vinculado a los círculos de poder de Washington, que le habían apoyado durante su obispado en Cracovia, Polonia, como parte de la Guerra Fría contra la influencia soviética en dicho país.

El cardenal Wojtyla se relacionó con los altos mandos de la política norteamericana a través del cardenal Krol de Filadelfia, amigo íntimo de Zbigniew Brzezinski, ambos de origen polaco, éste último Consejero de Seguridad del presidente Jimmy Carter. Brzezinski, admirador de Henry Kissinger, postulaba la idea de debilitar a la URSS fortaleciendo la ofensiva ideológica y política en su área de influencia. En Polonia el catolicismo era clave, y un Papa polaco ayudaría grandemente a Estados Unidos en ese objetivo, como más tarde se demostró.

Pero, en un primer momento, los renovadores ganaron y fue electo Papa el cardenal Luciani, quien asumió bajo el nombre de Juan Pablo I, como homenaje a sus antecesores, Juan XXIII y Pablo VI, lo que indicaba una intención de continuidad con la política reformista que ellos impulsaron. Si bien los objetivos del papado de Juan Pablo I eran bastante moderados, y claramente no pertenecía al ala izquierda de la Iglesia, la Teología de la Liberación, aparentemente se propuso la destitución del poderoso cardenal Marcinkus de la dirección de las finanzas del Vaticano. Ya en 1972, el cardenal Luciani se había confrontado con Marcinkus por la privatización de la Banca Católica del Véneto en favor del banco Ambrosiano.

Se especula que este intento de destitución pudo ser el “error” de Juan Pablo I, ya que su gestión duró apenas 33 días, muriendo en circunstancias extrañas. Las suposiciones de un envenenamiento del Papa cobraron fuerza cuando el secretario de Estado del Vaticano, Jean Villot, se negara a realizar la autopsia de Juan Pablo I. “Debo reconocer con cierta tristeza que la versión oficial entregada por el vaticano despierta muchas dudas”, señaló el cardenal brasileño Aloisio Lorscheider en 1998, refiriéndose a estos hechos.

Muerto Juan Pablo I, el camino quedó abierto para que Karol Wojtyla, de la mano de Marcinkus, el Opus y la iglesia norteamericana, llegara al papado bajo el nombre de Juan Pablo II. El sector reaccionario a los cambios introducidos por el Concilio Vaticano II finalmente se había hecho con el poder y empezó un trabajo de zapa para debilitar y neutralizar a los reformistas.

Juan Pablo II acalla a la Teología de la Liberación

A decir del teólogo Rubén Dri (Juan Pablo II, el retroceso) el primer objetivo que se fijó Juan Pablo II fue la liquidación del diálogo y la apertura democrática dentro de la Iglesia introducidos por el Concilio. La “recuperación de la obediencia”, al Papa y a la burocracia curial, fue la insignia fundamental, debilitando la autonomía de los obispados y acallando a los sectores más renovadores.

Las primera víctima de esta política fue el ala de la Teología de la Liberación: se recortó la diócesis del cardenal brasileño Arms, que fue el primero en acoger a las Madres de Plaza de Mayo que denunciaban la desaparición de sus familiares a manos de la dictadura, a quienes la iglesia argentina, comprometida con los militares, se negaba a reconocer; se controló al obispo Méndez Arceo de Cuernavaca, comprometido con los movimientos populares, y se le forzó a una jubilación acelerada, cosa que no se hizo nunca con los obispos derechistas.

Cuando el obispo de San Salvador, Oscar A. Romero, fue al Vaticano a denunciar la persecución que sufría fue prácticamente echado por Juan Pablo II y conminado a entenderse con la dictadura salvadoreña; se cortaron los financiamientos y forzó al cierre del Instituto teológico de Estudios Superiores (ITES), de México, por estar comprometido con la Teología de la Liberación.

Otras víctimas notables de la política verticalista de Juan Pablo II fueron: el afamado teólogo brasileño Leonardo Boff, a quien el cardenal Ratzinger ordenó “votos de silencio”, frozándolo a abandonar el sacerdocio; el obispo Gustavo Gutiérrez del Perú, a quien se cataloga de “padre de la Teología de la Liberación”; el cura-poeta nicaragüense, Ernesto Cardenal, regañado personalmente por el Papa; y el erudito teólogo alemán Hans Kung, uno de los inspiradores de las reformas del Concilio Vaticano II.

Todos ellos fueron silenciados, vituperados y aislados de la Iglesia. Los más eminentes dirigentes de la Teología de la Liberación y defensores de las reformas, no supieron o no quisieron responder a la persecución montada por el propio Papa, prefiriendo temerosamente reducirse a la obediencia, conscientes de que cualquier resistencia conduciría indefectiblemente a un nuevo cisma.

Rubén Dri, cita la Instrucción sobre la vocación eclesial del teólogo, redactada por Joseph Ratzinger en 1990, para acallar a todos los disidentes dentro del clero. Allí se dice: “No se puede apelar a los derechos humanos para oponerse a las intervenciones del Magisterio”, es decir de la Jerarquía. También: “La libertad del acto de fe no justifica el disenso..., de ningún modo significa libertad en relación a la verdad”, la cual es monopolio del Papa y sus asesores, a quienes Dios ha transmitido su “infalibilidad”.

El Papa del Opus Dei

Juan Pablo II, como era de esperarse, tuvo una actitud diametralmente opuesta con la ultraderechista secta del Opus Dei. Sus más importantes miembro fueron promovidos a los puestos destacados en el Vaticano: Joaquín Navarro-Valls, portavoz oficial del Papa; Angelo Sodano, secretario de Estado; Ratzinger, un papable ahora, jefe de la Congregación para la Doctrina de la Fe (o Santo Oficio, antes la Inquisición); el cardenal Julián Herranz, fiscal del Vaticano; el cardenal López Trujillo, jefe del Consejo Pontificio para la interpretación de los Textos Legislativos; Dionigi Tettamanzi, otro papable, obispo de Milán, etc.

Juan Pablo II dio tal preeminencia al Opus Dei, que le concedió la categoría de “Prelatura Apostólica”, con lo cual todas sus actuaciones escapaban al control de los obispos locales, pues sus miembros sólo tendrían que rendir cuentas ante el propio Papa. Además, de manera inusual concedió la “santidad” expedita al fundador del Opus, José M. Escrivá de Balaguer, desoyendo la oposición de miles de personas que cuestionaron la trayectoria de este “asesor” del dictador Francisco Franco. Pese a las miles de solicitudes, Juan Pablo II no tuvo la misma actitud con el martirizado obispo salvadoreño, Oscar Arnulfo Romero.

En su largo papado, Wojtyla concedió cientos de beatificaciones, pero todas ellas con un claro sesgo político a la derecha, mientras los curas católicos víctimas de los militares en Latinoamérica fueron ignorados.

Juan Pablo II, el mejor aliado de Estados Unidos

La influencia del Opus fue muy clara en la política exterior que siguió el Vaticano. Existió un reconocido pacto con Washington y la CIA, hacia Europa del Este, y en especial en Polonia. En la encíclica Centesimus annus, Juan Pablo II hizo una exaltación del capitalismo y el libre mercado, declarando la guerra al comunismo. Se bendijo “el carácter natural del derecho a la propiedad privada”; se habló de la supuesta existencia de un “capitalismo bueno”; contrariando el principio cristiano de “perdónanos nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores” se pasó al criterio de que “es ciertamente justo el principio de que las deudas deben ser pagadas”.

Pese a alguna que otra obligada frase en favor de los pobres y oprimidos, Juan Pablo II se pronunció claramente por el sistema capitalista: “Después del fracaso del comunismo”, se pregunta si el capitalismo es la alternativa para el “Tercer Mundo”. Y responde: “Si por capitalismo se entiende un sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada y de la consiguiente responsabilidad para con los medios de producción, de la libre creatividad en el sector de la economía, la respuesta es ciertamente positiva, aunque quizá sería más apropiado hablar de Economía de empresa, economía de mercado o simplemente economía libre”.

También avaló el neoliberalismo cuando más estragos causaba en el mundo: “Da la impresión de que, tanto a nivel de las naciones, como de las relaciones internacionales, el libre mercado sea el instrumento más eficaz para colocar los recursos y responder eficazmente a las necesidades”.

¿Qué hacer frente a los males e injusticias del sistema capitalista? Al igual que la Iglesia de la Edad Media, Juan Pablo II predica la sumisión a los poderes terrenales y la espera de la redención en la “otra vida”. Porque, según él, “el hombre creado para la libertad lleva dentro de sí la herida del pecado original que lo empuja continuamente hacia el mal y hace que necesite la redención”, por lo tanto hay que apartarse de quien “cree ilusoriamente que puede construir el paraíso en este mundo”.

Por todo ello, constituye un absurdo, casi un chiste, que Fidel Castro haya dicho ante las exequias de Juan Pablo II que: “Mientras leía los documentos del Papa Juan Pablo II, descubrí una COINCIDENCIA TOTAL entre sus planteamientos teóricos y los míos”, calificándolo como un “hombre excepcional”, que “tanto se opuso a la guerra y el imperialismo”, que condenó el “capitalismo salvaje” y pregonó la “globalización de la solidaridad”.

Pese a una condena tímida y obligada de la invasión norteamericana contra Irak, Juan Pablo II mantuvo su aval sobre la política norteamericana para Oriente Medio, lo cual se ratificó con la asistencia personal de la familia Bush a sus funerales. También hizo escándalo su defensa del general Pinochet cuando estuvo detenido en Inglaterra, apelando por su liberación; su apoyo al arzobispo de Boston, condenado por la opinión pública y los tribunales por encubrir miles de casos de pederastia de curas norteamericanos contra menores de edad.

En sus últimos días, Juan Pablo II defendió a un oscuro capellán del ejército argentino, que manifestó que el ministro de salud debía ser arrojado al mar con una piedra amarrada al cuello por repartir condones a los jóvenes, en clara alusión al método usado por la dictadura argentina para exterminar a sus opositores.

Progresista en la forma, reaccionario en el dogma

Se puede apreciar que, mientras que por la forma Juan Pablo II adoptó un estilo aparentemente moderno (viajes, actos de masas, uso de los medios); por el contenido, la doctrina católica dio un retroceso a criterios ultraconservadores. Este retroceso no se limitó al plano político y social, liquidando “la opción preferencial por los pobres” que heredara de Pablo VI, sino que se concentró sobre los valores más íntimos y familiares, siendo las mujeres y los jóvenes sus principales víctimas (Encíclica Evangelium Vitae, 1995).

En el plano familiar, la doctrina ultraconservadora de Juan Pablo II está en creciente conflicto con la realidad practicada por la mayoría de los católicos. Se mantuvo en el rechazo absoluto del derecho al divorcio, pese a que ya es usual entre millones de fieles; condena de toda forma de anticoncepción, que no sea el método del ritmo, aunque la mayoría de las católicas no hagan caso. Ni hablar de la condena al aborto, ni siquiera en casos terapéuticos o por motivo de abusos sexuales.

A la juventud católica, cada vez más desinhibida frente a las costumbres sexuales, predicó la abstinencia, incluso de la masturbación. Se califica las relaciones homosexuales como anatema, ni hablar del “matrimonio gay”. Así mismo se condena el uso del condón, pese a la pandemia del SIDA que cobra millones de víctimas, sobre todo en Africa. Se rechazan por completo los estudios genéticos y la clonación, pese a que en ellos está el futuro de la medicina.

Para las mujeres: sumisión, virginidad y maternidad

La Iglesia dirigida por Juan Pablo II desarrolló una lucha titánica y fructífera en muchos lados contra las reformas en favor de la educación sexual de los adolescentes, así como un ataque despiadado contra los servicios de salud a la mujer y sus derechos sexuales y reproductivos, tanto a nivel de gobiernos como en organismos internacionales. Su combate contra el protocolo de Naciones Unidas sobre los derechos de la mujer (CEDAW) es generalizado y recibe el apoyo activo tanto de gobiernos como el de George W. Bush, como de las iglesias musulmanas, que en esto se dan la mano.

En este sentido, una de las últimas acciones de Juan Pablo II fue la ratificación de la “Carta a los obispos de la Iglesia Católica sobre la colaboración del hombre y la mujer en la Iglesia y en el mundo”, redactada por Ratzinger y publicada en julio de 2004. Esta carta constituye una condena del feminismo, un cuestionamiento sobre el concepto de género y una apelación a la mujer tradicional, sumisa y sometida, encasillada entre la virginidad y la maternidad, cuyo modelo mítico es la Virgen María.

“Entre los valores fundamentales que están vinculados a la vida concreta de la mujer se halla lo que se ha dado en llamar la “capacidad de acogida del otro”. No obstante el hecho de que cierto discurso feminista reivindique las exigencias “para sí misma”, la mujer conserva la profunda intuición de que lo mejor de su vida está hecho de actividades orientadas al despertar del otro, a su crecimiento y a su protección”, se lee en la carta.

“Esta intuición está unida a su capacidad física de dar la vida. Sea o no puesta en acto, esta capacidad es una realidad que estructura profundamente la personalidad femenina. Le permite adquirir muy pronto madurez, sentido de gravedad de la vida y de las responsabilidades que esto implica. Desarrolla en ella el sentido y el respeto por lo concreto, que se opone a abstracciones a manudo letales para la existencia de los individuos y la sociedad” (!!).

La carta de Juan Pablo II y Ratzinger caricaturiza las reivindicaciones feministas, reduciéndolas a una supuesta “lucha de sexos”, “que considera a los hombres como enemigos que hay que vencer”. Hablando de “valores femeninos”, se exalta el mito de María La Virgen, y se propone a la mujer de hoy un modelo pasivo basado en: “escucha, acogida, fidelidad, alabanza y espera”. Por que esta ““pasividad” es en realidad el camino del amor, es poder real que derrota la violencia, es “pasión” que salva al mundo del pecado y de la muerte y recrea a la humanidad”.

Y, por si quedaran dudas, se recalca en la conclusión: “También la mujer, por su parte, tiene que dejarse convertir, y reconocer los valores singulares y de gran eficacia de amor por el otro del que su feminidad es portadora”.

Si bien la carta reconoce el derecho de la mujer a acceder al mundo del trabajo, en una igualdad mediatizada por el modelo antes descrito, no reconoce este derecho a lo interno de la propia Iglesia, donde siguen jugando un papel de segundonas: “En esta perspectiva también se entiende que el hecho de que la ordenación sacerdotal sea exclusivamente reservada a los hombres no impide en absoluto a las mujeres el acceso al corazón de la vida cristiana. Ellas están llamadas a ser modelos y testigos insustituibles para todos los cristianos de cómo la Esposa debe corresponder con amor al amor del Esposo”.

Los renovadores obligados a luchar o morir

En resumen, los 27 años de papado de Juan Pablo II significaron un retroceso con respecto a los intentos de modernización del Concilio Vaticano II; un control de la Iglesia por sus sectores más reaccionarios y derechistas, encarnados en el Opus Dei ; la neutralización de los sectores renovadores y los más comprometidos con los movimiento sociales, encabezados por la Teología de la Liberación; un retroceso en la democracia interna y a nivel doctrinal en todos los ámbitos; y un alineamiento permanente de la cúpula de la Iglesia con el imperialismo norteamericano y el neoliberalismo.

La pregunta del momento es si la Iglesia católica, sometida a la elección de un nuevo Papa, será capaz de retomar el camino reformista o seguirá la senda reaccionaria de Juan Pablo II. Pese a que en los pasillos del Cónclave, del que saldrá el sucesor, se habla de confrontación entre renovadores y dogmáticos, la realidad es que será muy difícil para los primeros acceder al trono de Pedro, pues el recién fallecido preparó este momento reescribiendo el Derecho Canónigo, pautando los procedimientos de la elección y elevando a cardenales a una pléyade de sus partidarios.

Sin embargo, que sea difícil, no significa que los católicos conscientes y comprometidos con las causas de los oprimidos y los pobres no deban asumir la responsabilidad de luchar por el cambio dentro de la Iglesia, derrotando a los reaccionarios aliados de los explotadores. No hacerlo sería renunciar a su deber cristiano, al verdadero cristianismo de los que sufren, no el cristianismo de la pompa y el lujo. Renunciar a dar esa lucha, aunque lleve al cisma, es una necesidad de vida o muerte para los católicos progresistas. Y nuestro deber, como socialistas y revolucionarios no católicos, será acompañarles y apoyarles.

Nota de redacción:

Este artículo fue realizado antes de la elección del nuevo Papa Benedicto XVI (Joseph Ratzinger), con lo cual el interrogante del autor, sobre el camino a tomar por la Iglesia de retomar el camino reformista o seguir la senda reaccionaria de Juan Pablo II, ha sido revelada. Se optó por la segunda.

Bibliografía:
-Boff, Leonardo. Juan Pablo II, el gran restaurador. Servicio de columnistas de IPS. Abril de 2005.

-Braga, Laerte. La muerte de Juan Pablo II no significará la vuelta al Concilio Vaticano II. Portal Popular. Brasil. 2 de abril de 2005.

-De Cicco, Gabriela. El Santo Oficio arremete contra el feminismo. Enlaces AWID. Agosto de 2004.

-Dri, Rubén. Juan Pablo II, el retroceso. Rebelión. 6 de abril de 2005.

-Engels, Federico. Las guerras campesinas en Alemania. Editorial Andreus Ltda. Cali, Colombia. 1979.

-Freytas, Manuel. La trama Washington-CIA-Opus Dei-mafia financiera del Vaticano. IAR Noticias, Informe Especial. 8 de abril de 2004.

-IAR-Noticias. La “Obra de Dios”, El Santo Poder del Opus Dei. 6 de abril de 2005.

-Lowy, Michael. ¿Marxismo y religión: opio de los pueblos? Curso la Teoría Marxista Hoy. CLACSO. Argentina. 2004.

-Meyssan, Thierry. Extremistas Católicos: El Opus Dei a la conquista del mundo. Red Voltaire. 25 de enero de 1996.

-Ramos, Juan Ignacio. Juan Pablo II ha muerto, fiel servidor de los poderosos, enemigo de los oprimidos. El Militante. 8 de abril de 2005.

http://www.argenpress.info/nota.asp?num=039758

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Director: Emilio J. Corbière

2007-02-23

LAS SOMBRAS DETRÁS DE LOS PRO VIDA, SE TRANSFORMAN EN MANIPULADORES POLÍTICOS Y POTENCIALES DICTADORES Y DICTADURAS

El debate sobre la 'píldora del día después'

Chile y los defensores de la familia

Por: Juan Francisco Coloane (especial para ARGENPRESS.info)

Fecha publicación:22/02/2007

La distribución de la llamada “píldora del día después”, -que abre el acceso a “menores” de edad, por su libre opción, al uso de un anticonceptivo-, ha generado un debate dentro de un clima de limitada libertad de expresión.
Este clima de sutil represión al debate público sobre temas de reconstrucción social, más que una tendencia, se ha instalado como un rasgo del país. Sucede en un país que aún no se despercude de los efectos sociopolíticos de una dictadura militar, que en la retrospección, caló más hondo de lo comúnmente imaginable.
En 1996, se observó otro ejemplo revelador de un debate que para una buena masa crítica de políticos de cúpula, se reducía a un tema “valórico”, y no a una discusión de antropológica cultural. A propósito, por un defecto curricular, o una macabra tendencia, en Chile la profesión de Antropólogo es más conocida por los servicios en las indagaciones de restos de detenidos desaparecidos, que por debates en el ámbito de la cultura.
Un ejemplo revelador ocurrió durante el Gobierno del Presidente Eduardo Frei Ruiz –Tagle. En 1996, el país comenzaba a discutir las Jornadas de Conversación sobre Afectividad y Sexualidad implementadas en los colegios (JOCAS). Los grupos respaldados por el poder de la Iglesia Católica, calificaron estas jornadas de explícitas y antivalóricas. No se podía mencionar la palabra condón, ni hacer una descripción de la cópula en clases. Las JOCAS abortaron y en definitiva demostraron que un tema central en Chile es el derecho del “menor”, a la información, Lo más nítido en esta falta de debate, ha sido la aplicación de conceptos absolutos. En las reacciones más acaloradas, a los propagadores de la píldora, se les acusa de contribuir a la destrucción de la familia. Una vez más se obliga a plantear la pregunta: ¿De qué familia se está hablando? Así como el concepto de estado-nación y fundamentos como soberanías y derechos territoriales, se sienten arcaicos frente a la vertiginosidad de la globalización, la familia, concepto mitológico y teológico de varios milenios, comienza a sufrir embates violentos. No es que la familia esté siendo “víctima” de una modernidad mal enfocada. Se observa más bien el que no pueda absorber una dinámica social proveniente de un voluntarismo social reprimido. Este, muchas veces es conducido con fines políticos unilaterales, o con un sistema normativo que se sustenta en sí mismo, donde no se ven claros los objetivos. En la legión anti distribución de la píldora, se difunde un concepto de familia reduciéndolo a solo un tipo. Es como la medida absoluta del “Metro” guardada en Francia. El debate es forzado y mal enfocado, porque un sector del liderazgo político -especialmente de la Alianza por Chile y del conservadurismo de derecha- parte del supuesto de que con el rechazo a la distribución de la pastilla, se protege a la familia, y ese concepto particular de familia. Los que promueven su distribución, aparecen como “no protectores” de la familia, o simplemente destructores. Una discusión parecida ocurría en las luchas por los derechos civiles en los EEUU, particularmente en el Sur, a fines de los años 50, cuando los estadounidenses de origen europeo, acusaban a otros “blancos” de estar en contra de la familia, cuando defendían los derechos civiles de los ciudadanos de origen africano.
La idea moderna de derechos humanos surge de la oposición entre naturaleza y cultura, y de allí se replantea el concepto de familia. Dos 'cliches' originados en el siglo XVIII dieron vida a esta idea de los derechos: primero la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; y luego, la igualdad y la fraternidad. Estos principios no son percibidos del mismo modo y los supuestos que los generaron en el siglo XVIII, ya no existen. En la medida en que se perdieron estos fundamentos en cuanto a la humanidad en general, es aún más difícil aplicarlos a la familia.El supuesto básico era que la psiquis tenía una dignidad natural (muchos siguen conservando la misma idea). Esta integridad de las necesidades psíquicas, aparece de una oposición entre naturaleza y cultura. Si se perjudican los sentimientos de una persona, es una violación de los derechos naturales. La búsqueda de la felicidad, fue una formulación de esa integridad psíquica, y la fraternidad fue otra. Es la persona natural quien posee el derecho psíquico, no el individuo.El concepto peculiar de cultura en contraposición a la naturaleza, comenzó a arraigarse en Europa en el siglo XVIII. La emergencia de la Ciudad ayudó a los ciudadanos a distinguir lo natural de lo privado, asociar lo natural con lo privado, y la cultura con lo público. Las metrópolis latinoamericanas han seguido el patrón europeo.
El concepto moderno del bienestar de la familia, del bienestar infantil y juvenil, proviene directamente de estas ideas de “oposición”, entre lo privado y lo público, y sobre la naturaleza y la cultura. Los niños y los jóvenes, como seres altamente condicionados y vulnerables dentro del ámbito de la familia no pertenecían al dominio público. Sólo los adultos pertenecían a ambos mundos, el privado y el público, así como el natural y la cultura. Sobre estas ideas, se ha edificado la conceptualización de la familia y los derechos, para mantener un status quo en las transformaciones sociales. Es una tendencia global, que se manifiesta con más virulencia en los pueblos que se han sometido a dictaduras o tiranías.
Que en Chile se necesitara tanto tiempo para lograr el reconocimiento generalizado de problemas sociales tales como el alcoholismo y la drogadicción juvenil, el comportamiento anómico al interior de la familia, la sexualidad y el embarazo precoz, es una manifestación de procesos psíquicos que no se pueden expresar en términos públicos.
El orden de la naturaleza podría ser debatido o desafiado por los más iluminados, ya que al analizar las transacciones emocionales al interior de la familia, se discute el problema de la naturaleza. Que las personas tienen derechos naturales era una consecuencia lógica de la idea de que todas las cosas buenas que comparten los seres humanos, se manifiestan en el núcleo de la naturaleza: la familia.
Así, la sociedad funciona con sistemas que amenazan las transacciones psíquicas al interior de la familia (poniendo en peligro la unidad de lo natural y lo privado), y la sociedad se niega a reconocer rápidamente las disfunciones que se producen. Esto ocurre porque implica cuestionar el carácter divino de la naturaleza, y la familia.
Desde esta perspectiva, oponerse a la distribución de esta píldora, es estar en contra de los derechos más básicos de la infancia y de la juventud, y en consecuencia, de la familia. Los que creen protegerla, más bien la destruyen de raíz. Así como los “blancos” de Missisipi de los años 50, destruían la posibilidad de los derechos civiles al establecer solo un concepto de familia. Los detentores del discurso anti tiranía, y del individualismo liberal, con su negativa a la distribución, se ven atrapados en sus propias contradicciones, obstruyendo la posibilidad de la libre opción. Para el mercado y la explotación, practican el antitotalitarismo, y se propagan de hiperliberales. En el lenguaje y el engranaje social, se transforman en manipuladores políticos y potenciales dictadores.
http://www.argenpress.info/nota.asp?num=039715

La gran mentira de la defensa de la vida

http://www.prensa.com/hoy/opinion/898083.html
Diario de Panamá

ABORTO.

La gran mentira de la defensa de la vida
Ángela Figueroa Sorrentini

La jerarquía de la Iglesia católica alega que condena el aborto porque es, y ha sido siempre, una defensora de la vida. Eso es demostrablemente falso. La evidencia abunda; por ejemplo, su papel en la danza macabra de cruz y espada que fue la colonización de nuestra América, la Santa Inquisición, las cruzadas, la doctrina de las "guerras justas", su colaboración con dictaduras sangrientas como las de Pinochet y Somoza y el silencio cómplice ante el avance del nacional socialismo y su "solución final".

También es falso que la posición que mantiene la Iglesia en la actualidad sea la misma de siempre. La postura actual la sostiene desde 1869- desde anteayer si se toma en cuenta 2,000 años de existencia de la Iglesia. Por más de mil ochocientos años la Iglesia sostuvo que el feto no se convertía en humano en el momento mismo de la concepción, basándose en la creencia aristotélica de que el alma humana entraba al feto entre los 40 (varón) y 90 (hembra) días de la concepción. De ahí que la Iglesia no consideraba un crimen lo que hoy llamamos aborto en el primer trimestre. En adición, durante siglos, la Iglesia se limitó a condenar los abortos en que el embarazo resultaba de un acto de prostitución o de una relación adúltera. La Iglesia de entonces era honesta en su discurso: condenaba el aborto por constituir, a su juicio, un delito sexual, ya que desligaba el sexo de "su razón de ser": la procreación.

No está de más agregar que la Iglesia carece de, lo que el obispo Joseph Bernardin de la Diócesis de Chicago llamó, una ética de vida consistente. Mantener una posición pro vida requiere mucho más que un compromiso con los no nacidos; hay que ser pro-activo también en la defensa al derecho de la vida de quienes ya han nacido. Y la Iglesia no lo es. Ejemplos abundan de indiferencia, silencio cómplice e, incluso, apoyo a guerras y otras formas de violencia ejercida por los estados, a la violencia contra la mujer, a la violencia del capitalismo salvaje con maquillaje de nuevo siglo. ¡La pobreza mata, señores del clero! Según las últimas cifras de Naciones Unidas, mata a ritmo de 18 mil niñas y niños al día por hambre y desnutrición. ¿Dónde está la indignación de la Iglesia con los propulsores de las políticas neoliberales que están sembrando una miseria creciente y sistémica en el país y en el mundo? ¿Con los corruptos que desvían a sus cuentas privadas dineros públicos, ocasionando la muerte de los más pobres y vulnerables, de manera tan certera, como si halaran el gatillo? ¿Por qué no los excomulgan? ¿Por qué no los denuncian? ¿Por qué no los nombran como lo que son: asesinos? Sería una posición mucho más consistente con las enseñanzas del Jesús bíblico que sus vociferantes campañas contra la mujer y su compromiso, siempre lite, con los pobres.

Además, si en verdad se tratara de defensa de la vida, la Iglesia reconocería que en el tema de los embarazos no deseados hay dos entes en la balanza: la vida en potencia que representa el feto y la vida real y verificable de la mujer embarazada. La evidencia demuestra que las mujeres se hacen abortos, sean estos legales o no, y sin importar la severidad de las penas. Demuestra también que la única diferencia significativa entre países que penalizan y países que no penalizan el aborto, es el número de mujeres que mueren anualmente, y las que sufren grave daño a su salud, como consecuencia de abortos practicados en pésimas condiciones médico-sanitarias. La pregunta forzosa entonces es: la defensa de qué vida, ¿la vida potencial del feto o la vida real de la mujer? Quienes defendemos la despenalización del aborto estamos asumiendo una postura de defensa de la vida de la mujer. ¿O es que sólo los hombres y los fetos tienen derecho a la vida?

Hay quienes se preguntan, con bastante indignación, cómo puede su iglesia condenar el uso de anticonceptivos, cuando su uso evitaría la necesidad de muchos de los abortos que se realizan. Pero la Iglesia está siendo brutalmente consistente en su posición. Porque no se trata de salvar vidas; ese nunca ha sido el tema. La Iglesia se opone al aborto y al uso de anticonceptivos porque sigue viendo el sexo sin fines procreativos como algo pecaminoso y, en una mujer, peligroso. Tanto el capitalismo como el patriarcado requieren el control de la sexualidad de la mujer; la Iglesia es parte del entramado para asegurar ese control.

Me pregunto hasta cuándo, creyentes y no creyentes, permitiremos que la Iglesia le imponga sus puntos de vista a toda la sociedad a través de los poderes del Estado. Las creencias religiosas son actos de fe, que deben ser vinculantes sólo para quienes deciden, por voluntad y convencimiento propio, adoptarlas. Las leyes, en cambio, son de cumplimiento obligatorio para todas y todos. Hay que exigirles a diputados y diputadas que no sigan violando el mandato constitucional de libertad de culto y el principio, implícito en toda democracia, de estricta separación de iglesias y Estado. Por favor, que practiquen sus principios religiosos en sus iglesias, que las apliquen en su vida privada, pero ya basta de utilizar sus puestos públicos para imponerle a toda la sociedad sus creencias religiosas. Recuerden que estamos en el siglo XXI ¡y con aspiraciones a irrumpir en el primer mundo!

La autora es socióloga

2007-02-22

LA LEY ENTIENDE QUE LA SALUD PUEDE SER TANTO FÍSICA COMO PSIQUICA

AVALARON LA INTERRUPCION DEL EMBARAZO A LA NIÑA VIOLADA

http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-80722-2007-02-22.html

“Es un aborto autorizado por la ley”

La Cámara Civil ratificó el fallo que beneficia a una niña embarazada, violada por su padrastro. “Se trata de la necesidad de una persona a recurrir a médicos diplomados para que eviten un peligro para su vida o su salud”, dictaminaron.

Por Cristian Alarcón

La madre está en condiciones de llevar a su hija a un hospital.A lo largo de treinta y dos páginas, los jueces de la sala II de la Cámara Civil de Mar del Plata argumentaron ayer a favor de la realización de un aborto no punible a la niña de 14 años violada por su padrastro. La niña y su madre, quien solicitó la autorización judicial para que aborte cuando en un hospital local se negaron a practicarlo, esperaban la resolución desde el último viernes. Los camaristas decidieron por unanimidad darle curso a la decisión ya tomada en primera instancia por la jueza de menores Silvina Darmandrail: ratificaron en todo el fallo en el que se estipulaba que en el caso de la nena corresponde aplicar el inciso 1 del artículo 86 del Código Penal. En la norma se estipula que es legal realizar el aborto cuando corre peligro la salud de la madre. Con la resolución de la Cámara en la mano, y más allá de que la asesora de menores que había apelado la decisión de la jueza pueda insistir ante la Suprema Corte provincial, la madre podría presentarse de inmediato ante un hospital para que interrumpan el embarazo de su hija.

La trama judicial en la que la chica embarazada –V. O. según sus iniciales– se vio envuelta desde que hace once semanas fue presuntamente abusada sexualmente por el entonces concubino de su madre, y padre de sus dos hermanos de 3 y 4 años, incluyó primero la apelación de la asesora de menores Silvia Fernández, y luego el desvío de ese trámite por parte de la Cámara Penal, que rechazó el caso para derivarlo a un tribunal civil.

El 14 de febrero, la jueza Darmandrail autorizó el aborto terapéutico. El 16 llegó el recurso de apelación a esa sentencia positiva. La asesora Fernández, por orden del fiscal general de Mar del Plata, Raúl Fernández Garello, fue quien debió defender ante la Justicia los derechos del “niño por nacer”. Lo hizo en base a seis “agravios” o planteos que fueron rechazados uno a uno por los camaristas Roberto Loustaunau, Ricardo Monterisi y Nelida Zampini, que votaron en ese orden en la resolución que confirma el fallo de la jueza.

Los argumentos centrales de la asesora Fernández fueron, por un lado, la supuesta inconstitucionalidad del artículo 86 del Código Penal por vulnerar el derecho supremo a la vida (del no nacido). Al respecto, los jueces retomaron lo ya resuelto en otros casos por la Corte Suprema de la Nación y por el máximo tribunal bonaerense. Citan para ello un dictamen de la Procuradora General de la provincia, María del Carmen Falbo: “El artículo 86 resuelve un conflicto de intereses entre la madre y el nasciturus –o “niño por nacer”–. Es decir, por un lado la vida del feto, y por otro la libertad de la mujer, que como consecuencia de un hecho delictivo y sin ningún tipo de participación voluntaria debe afrontar un embarazo no deseado. Esta protección de la vida humana en diferentes grados resulta totalmente legítima y constitucional”.

En el recurso de apelación, Fernández había cuestionado “el estado de necesidad” que legitima la práctica de un aborto para V.O. “No se hallan reunidos los elementos que acrediten con grado de certeza o fuerte verosimilitud la existencia de riesgo psicofísico derivado de la continuidad de la gestación”, dijo en su escrito la asesora. En la misma línea, si bien Fernández había reconocido un “indudable daño psíquico” en la niña tras la violación de su padrastro, consideraba que ese perjuicio ya estaba causado y que no se borraba al eliminar “el fruto” del abuso sexual. La asesora había postulado que sería menos gravosa y peligrosa, por ejemplo, la entrega en adopción de la criatura ya nacida. A ese argumento, los jueces contestaron con una cita del penalista y actual juez de la Corte Raúl Zaffaroni, quien en su tratado de Derecho Penal sostiene que “la salud puede ser tanto física como psíquica” y por ese motivo “es incuestionable que llevar adelante un embarazo proveniente de una violación es susceptible de lesionar o agravar la salud psíquica de la embarazada”.

Los jueces marplatenses, al rechazar lo planteado por la asesora, recuerdan el informe de la perito psicóloga Beatriz Malbrán, quien advierte que en el caso de V.O. “su hijo sería la consecuencia viviente” del trauma padecido y que “el hijo sería el recuerdo permanente de la ofensa infringida” por el padrastro. Por ello, para los magistrados, las pruebas evidencian que “la continuidad del embarazo provocado por la violación del padrastro profundizaría la fragilidad del estado de la menor, exponiendo su salud a serios peligros”. “Es cierto –reconocen los jueces– que la interrupción del embarazo no ha de borrar el trauma de la violación, pero tampoco permitirá la presencia y continuidad de las consecuencias del hecho no deseado.”

En la resolución de la Cámara Civil se puede leer al comienzo una clara queja ante la actitud tomada el pasado viernes por sus pares de la Cámara Penal de Mar del Plata. Es que la apelación fue girada por la jueza Darmandrail ante los superiores jueces penales porque lo que se cuestionaba era, justamente, la aplicación del artículo 86 del Código Penal. Ante ello, los jueces Marcelo Riquert y Ricardo Favarotto se declararon incompetentes. Entendieron que se trataba de una causa asistencial, y no penal. Y por eso el mismo viernes 16 trasladaron el asunto a Loustaunau, Monterisi y Zampini. En su voto, Loustaunau se queja: “Considero competente manifestar que las ampliaciones de competencia impuestas a este tribunal llegan ya a extremos lindantes con el absurdo”.
El juez califica de “paradójico” y “escasamente racional” que sea la Cámara Civil y Comercial la que entienda sobre un asunto penal como lo es el aborto no punible. “El caso es propio del tribunal en lo penal que supo sin titubeos declararse incompetente declinando su intervención en tan delicada decisión”, patea. Finalmente, deciden aceptar el caso en honor a la urgencia que demanda su resolución.

Una de las más extensas respuestas al recurso de apelación es la que se refiere al derecho a la vida del “no nacido”. Fernández había señalado que la jueza Darmandrail había incurrido en su fallo en una “relativización del derecho a la vida”, jerarquizando la salud de la madre por sobre la vida del no nacido. Los jueces se permiten un elogio al planteo de la “representante del nasciturus” por su “objetividad y discreción”, para luego, paso a paso, retrucar su posición en base a diversos pronunciamientos de juristas de peso. La jueza Nelida Zampini es clara al citar al jurista Andrés Gil Domínguez: “Si el embarazo es producto de una violación, y se produce una colisión contra la vida humana en formación, el aborto está permitido, prevaleciendo jerárquicamente el valor libertad sexual de la mujer sobre el valor vida humana en formación”.

Tras el fallo, la asesora Fernández puede apelar el fallo que autoriza el aborto de V. O. nuevamente, ahora ante la Suprema Corte de la provincia. Como si advirtiera sobre lo que podría contestar el máximo tribunal, la jueza Zampini cita, para cerrar sus argumentos, al presidente de la Corte, Francisco Roncoroni, en una causa de 2005. “De lo que estamos tratando aquí es de la necesidad de una persona a recurrir a médicos diplomados para que eviten un peligro para su vida o su salud. Esto no niega el valor de la vida, ni siquiera ingresa en el debate sobre el momento en que ella comienza.” Zampini falla, por fin: “Quiero ser clara, no se está autorizando el aborto voluntario, sino el aborto expresamente autorizado por la ley”.