2007-03-23

ACASO LA IGLESIA PRETENDE DESTABILIZAR EL GOBIERNO?

3.03.2007

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Clarin.com

LA SITUACION SOCIAL | PREOCUPACION POR LA RELACION CON EL GOBIERNO Y EL ROL DE LOS OBISPOS EN LOS CONFLICTOS SOCIALES

Iglesia: tensión con la Rosada y debate interno

Sergio Rubín

La historia de la complicada relación del Gobierno con la Iglesia acaba de sumar un nuevo capítulo. El papel activo del obispo de Río Gallegos, Juan Carlos Romanín, en la protesta de los estatales en la provincia del presidente de la Nación y la dura réplica del Néstor Kirchner constituyeron un nuevo roce que —más allá de referirse a un problema puntual en una provincia e involucrar al obispo local— termina repercutiendo de una u otra manera —habrá que ver en qué grado— en la relación entre la Casa Rosada y la Iglesia argentina.

El problema es que toda embestida del Presidente —precisamente por su condición de primer mandatario— contra un obispo implica siempre una cierta nacionalización del choque. Aunque son situaciones distintas, las duras críticas de Kirchner al obispo Joaquín Piña por su decisión de ser candidato a constituyente en Misiones terminaron afectando la relación a nivel nacional. Las reacciones de Kirchner les confirman a los obispos que el Presidente no tolera opiniones distintas y busca desacreditar a quienes lo cuestionan.
Esto no quita, sin embargo, que dentro de la Iglesia pueda haber —como de hecho emerge discretamente por estas horas— un debate acerca de hasta dónde un obispo debe involucrarse en los problemas cotidianos. La cúpula del Episcopado, que celebró esta semana su primer encuentro del año, respondió con elegancia ante una consulta de Clarín sobre el papel de Romanín: "La Conferencia Episcopal no opina sobre la actuación de los obispos en sus diócesis porque no le compete", dijo un vocero.
Curiosamente, Kirchner fue hace un año a la asunción de Romanín, en un gesto de acercamiento a la Iglesia en tiempos de gran tensión por el caso Baseotto y un duro documento del Episcopado. Romanín, un salesiano de 52 años, está enrolado en el sector moderado de la Iglesia, hoy dominante, con el cardenal Jorge Bergoglio como principal referente. A diferencia de su antecesor, Alejandro Buccolini, de fluida relación con el matrimonio presidencial, cree que su compromiso social debe ser mayor.
En ese sentido, Romanín sigue la línea comprometida de los obispos patagónicos.

Quienes desde la Iglesia objetan su actuación dicen que nunca debió volar los puentes con el Gobierno y haberse preservado para ser un promotor de diálogo reconocido por las dos partes. Podría concluirse que antes se cuestionaba a muchos obispos por desentenderse de lo social y ahora por involucrarse demasiado.

http://www.clarin.com/diario/2007/03/23/elpais/p-00602.htm