2007-03-04

PROYECTO NAUTILUS

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Hoy que nuestras maquinas llegan a lejanos puntos del sistema solar, que los telescopios nos posibilitan ver galaxias a millones años luz de distancia, que discutimos acerca del origen de la vida y del universo, la concepción de un mundo cuya existencia se remonta a unos pocos miles de años puede sorprendernos. Pero hasta fines del siglo XVIII esta era una idea de la cual, en general no se dudaba.


Quienes la defendían se apoyaban en la interpretación de los textos bíblicos y en esmerados trabajos que intentaban mostrar que el mundo no era eterno, que no había existido siempre y que, por lo tanto, debió haber un momento en el que fue creado. Discutir acerca de la edad de la tierra y entender las causas que le dieron forma no eran cuestiones sin importancia o que sólo preocupase a unos cuantos naturalistas. En la decisión acerca del origen o el momento de la creación del mundo estaban en juego creencias e ideas religiosas compartidas por millones de personas.

Revista Nautilus

Es el 7 de abril de 1864 y en el aire retumban las palabras de Pasteur:

Señores,

Grandes son los problemas que reinan actualmente y mantienen todas las mentes en alerta: unidad o multiplicidad de razas humanas; creación del hombre fechada hace mil años o hace mil siglos; fijismo de las especies o transformación lenta y progresiva de unas especies en otras; la materia supuestamente eterna, fuera de ella, la nada; la idea de un Dios inútil, éstas son algunas de las cuestiones que alimentan las actuales disputas entre los hombres.
No crean que me presento ante ustedes con la pretensión de resolver uno de estos graves problemas; pero en las cercanías, en los aledaños de esos misterios, hay una cuestión directa o indirectamente ligada a ellos y de la que tal vez yo pueda hablarles, porque se encuentra al alcance de la experiencia, y, desde este punto de vista, he hecho de ella el objeto de estudios serios y en profundidad.
Es la cuestión de las generaciones espontáneas.
¿Puede la materia organizarse por sí misma? En otras palabras, ¿pueden venir al mundo seres sin padres, sin antepasados? Ésta es la pregunta que hay que contestar.