Cambalache Hipocresías y apariencias
Domingo 14 de Enero de 2007
Cambalache
Los políticos son los más notables por su exposición mediática, pero no son los únicos en desplegar teorías opuestas como si fueran afines. De hecho, la doble moral es un lugar común en las relaciones sociales y/o familiares.
Es lógico proteger a los inexpertos y contarles los errores que dejaron un resultado nefasto. Pero eso no justifica las peroratas de seudomoralidad mientras se transgreden todas las normas en privado. Virtudes públicas y vicios privados han jalonado con manchones vergonzosos la historia. Ministros ultraconservadores manteniendo relaciones ardientes con muchachas ligeras de cascos. Alarmante número de religiosos supuestamente castos enredados en escándalos de acoso, violación y estupro de cuanto sexo se les cruce en el camino al confesionario; drogas prohibidas en congresos y altas cámaras legislativas, jueces coimeados y funcionarios socios de garitos y lupanares forman la cadena de vergüenza y barro que tiñe la crónica diaria con el amarillo escandaloso del chismerío.
Y si hay algo que "no te cierra" en cualquiera de tus conductas, si hay cosas que "te hacen ruido", cambiá, intentá modificar lo que no te gusta y, si no podés, viví de frente mostrándote tal cual sos, y más tarde o más temprano terminarán aceptándote con tus limitaciones, que, al ser expuestas con claridad y honestidad, acabarán por convertirse en cuasi virtudes. Cualquier cosa será preferible al doble juego de la hipocresía.
Escandalizarse por la moral ajena ha sido el pasatiempo predilecto de mediocres y superficiales que tratan de entretenerse con el prójimo y sus miserias para olvidar las propias, a menudo mayores que las ajenas.
Piedad para el que cae y, sobre todo, recordar que nadie puede tirar la primera piedra, aunque esté libre de ese pecado, pues tendrá seguramente otros. Y ¿por qué no? hay que pensar también que muchísimas veces las apariencias son sólo eso y forman una cadena de malentendidos difíciles de desentrañar. La realidad es mucho menos complicada que una telenovela. No deberíamos olvidarlo al juzgar a los otros.
Revista
http://www.lanacion.com.ar/edicionimpresa/suplementos/revista/nota.asp?nota_id=873906
No hay comentarios.:
Publicar un comentario