2007-04-06

El cuentito de la Pascua

El cuentito de la Pascua

El niño caminaba tomado de mano de su abuelo, ese abuelo era su mundo, sus ojos.
Iban por la plaza, caminado sonrientes por la vereda y se quedan parados frente a un cartel de propaganda que muestra unos enormes huevos de pascua multicolores, adornados de chocolate.

El abuelo complice del sueño del niño y de sus ganas hace el gesto de tomar uno y ofrecérselo, entonces la actitud del niño es tomarlo, pero no solo eso, también se lo lleva a la boca y con una sonrisa, expresión de felicidad, hace el gesto de que se lo come.

El abuelo descubre mi mirada, y sabe seguramente que le descubrí el juego. Que al fin de cuentas es mentira.

Aquí, este juego de niños resultó inocente, pero están aquellos que creen que alimentar ilusiones da de comer.

Acaso, el ser humano es como un niño que prefiere mentirse a falta de respuesta y le sirve el paliativo a tanta necesidad y falta de obra?

Cuando la ilusión o mentira, es tan grande como para llamarla ” dios” resulta que la realidad se queda chica, tan chica que no cabemos todos, tan chica que aunque creimos haber comido “ese huevo de pascua” de mentira, resulta que nuestro estomago sigue estando vacío.

Cris Atea

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