2007-04-16

El Presidente del Colegio de Magistrados arremetió contra FASTA: "“Un juez no puede estar supeditado a ninguna subordinación ..."

El Presidente del Colegio de Magistrados arremetió contra FASTA

“Un juez no puede estar supeditado a ninguna subordinación que le diga qué es lo que tiene que hacer”, lo dijo el juez Juan Manuel Fernández Daguerre, presidente del Colegio de Magistrados del Partido de General Pueyrredon, con relación al escándalo ocurrido en la Universidad FASTA con la renuncia de varios profesores que decidieron dejar de cumplir funciones luego de que el decano de la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Silvano Penna, habría interpelado al profesor de Derecho Procesal Civil, Ricardo Monterisi, en desacuerdo con el fallo que firmó en la Cámara Civil de Mar del Plata autorizando el aborto terapéutico a una niña de 14 años, violada por su padrastro.

El 14 de febrero, la jueza Silvina Darmandrail había autorizado el aborto terapéutico de la criatura dado el riesgo para su salud “física y psíquica”. El 22, mientras los médicos del servicio de obstetricia y ginecología del Hospital Materno Infantil eran amenazados para que no practicaran la cirugía, la sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Civil confirmó el fallo y advirtió sobre el peligro de dilatarla. Monterisi agregó considerandos propios al voto de sus colegas Roberto Loustaunau y Nélida Zampini: reconoció el derecho a la vida, que la Convención Americana de Derechos Humanos fija desde el momento de la concepción, como el primer derecho natural, anterior a toda legislación positiva.

Pero citó el artículo del Pacto de San José y la jurisprudencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que admiten excepciones a ese principio general, en caso de violación o para salvar la vida de la madre.

Esto no fue bien recibido por la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino (FASTA) donde Monterisi ejercía la docencia. Por lo que, acto seguido, el decano de su facultad de ciencias jurídicas y sociales, Silvano Penna, lo habría interpelado en forma destemplada al profesor asociado de Derecho Procesal Civil, Ricardo Monterisi, en desacuerdo con el fallo que firmó en la Cámara Civil de Mar del Plata autorizando el aborto terapéutico a una niña de 14 años, violada por su padrastro.

Monterisi renunció y el mismo camino tomaron sus colegas Ramiro Rosales Cuello (titular de la cátedra y fundador de FASTA hace quince años), Fernando José Méndez Acosta, Maximiliano Colángelo, Xavier Guiridlián, Paula Vasconcellos, Julio Didio y Diego Benvenuto Bignola. Casi todos ocupan cargos en la justicia provincial: Rosales Cuello y Méndez Acosta son jueces; Colángelo y Benvenuto Bignola, secretarios; Didio, auxiliar letrado.

Respecto al tema, 0223.com.ar consultó al titular del Colegio de Magistrados, Dr. Juan Manuel Fernández Daguerre quien sostuvo que la gravedad del caso radica en que “si una persona es juez, no puede estar supeditada a ninguna subordinación que le diga qué es lo que tiene que hacer en cada caso”.

El magistrado manifestó que eso “sería incompatible con la función de juez” y destacó que “cuando uno ejerce una magistratura tiene que hacerse responsable de lo que diga, fundar cada una de sus decisiones y hacerse cargo”.

En ese sentido indicó que “cualquier supeditación a cualquier tipo de norma u organismo que venga a decir qué es lo que se tiene que hacer lo inhabilita como juez”.

Fernández Daguerre señaló que le parece perfecto que los profesores de la Universidad Fasta hayan admitido la posibilidad del aborto y destacó que nadie puede admitir ni aceptar “que vengan a decirle qué es lo que tiene que hacer o le recriminen por la decisión adoptada”.

En cuanto al actuar de FASTA, el magistrado dijo que le parece “la Universidad, como una entidad católica y confesional, tiene todo el derecho de elegir entre sus profesores a quienes comulguen con su ideología”.

Y agregó: “Me parece también incompatible ser profesor de una Universidad católica si yo después no voy a cumplir preceptos que la universidad tiene como fundamentales. Desconozco cuál fue el tono de la crítica pero los jueces que estuvieron involucrados en el tema se sintieron poco menos que conminados por haber opinado de tal manera. Ahí sí yo creo que entonces optaron bien. Era incompatible con su función docente y renunciaron”.

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