2007-04-08

UN DOCENTE: COMO ERA CARLOS FUENTEALBA

Fuentealba
[2007-04-08 02:40:20]

Fuentealba,
Fuenteovejuna,
ante la impunidad
todos a una.

Con la muerte en la nuca
cayó el maestro,
armado hasta los dientes...
de abecedario,
de razones de pobre
siempre olvidado,
armado de esperanzas
para ir luchando.

Con su filo de escarcha
y por la espalda,
un puñal traicionero
de sombra helada,
paralizó el latido de Fuentealba.
Con nombre y apellidos
la muerte mata.

Por las calles que el pueblo
vuelve más anchas,
corre a mares la sangre
de los que marchan,
pero crecen las voces
duras y airadas
y avanzan a pie firme
con Teresa Rodriguez y Fuentealba.

Rafael Amor.
Abril 7 del 2007.

COMO ERA CARLOS FUENTEALBA
"Carlos nació en el año del onganiato, 1966. Creció en el campo de una familia muy pobre, cerca del lago Lanín, en San Martín de los Andes, a unos 400 kilómetros de Neuquén. En esa ciudad llegó a hacer la escuela primaria pero hizo la secundaria en un industrial de Neuquén varios años más tarde. Ahí se recibió de técnico químico, empezó a trabajar para mantenerse y como pudo intentó empezar a ser docente.

En los años que siguieron hizo de todo, trabajó en un laboratorio, en un supermercado y en una fábrica de jugo mientras viajaba en bicicleta para costearse los estudios. Sus amigos creen que su formación política empezó en los años del secundario cuando trabajó en la Uocra. Patricia Varela es la directora del secundario de la Cuenca XV, uno de los barrios más pobres del oeste de Neuquén y una de las escuelas donde él daba clases. “Desde adolescente –dice ella– consiguió un trabajo de administrativo en la Uocra, donde empezó a involucrarse en las luchas por un mejor salario y mejores condiciones de vida, después se recibió de docente, hace dos años y desde ahí acompañó a los amigos activistas en cada lucha.”

Carlos ahora tenía 40 años, dos hijas de 10 y 14 años y apenas un par de años de docente recibido. En estos años de todos modos hizo de su entrega un compromiso. Los maestros de la Cuenca lo eligieron delegado gremial y los alumnos le dieron el año pasado el premio del “rey del colegio” como mejor profesor. Con su mujer compartieron los acuerdos por este y otros muchos piquetes, con turnos alternados para cuidar a las hijas. El miércoles volvieron a turnarse. Ella se quedó en casa, él se fue."

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